El doctor Ignacio de la Torre, presidente del Colegio Médico (Colmed) de Valparaíso, comentó la crítica situación que viven en los hospitales del país con la cantidad de camas UCI disponibles para recibir pacientes y el número de profesionales para poder operarlas.
En entrevista con CHV Noticias, cuestionó que “desde una lógica económica podrías creer que si le inyectas más recursos al sistema, éste puede crecer ilimitadamente. Sin embargo, las camas críticas requieren un equipo altamente especializado de trabajadores de la salud, entrenados, con experiencia, y que tienen la capacidad de atender pacientes graves de una manera multidisciplinaria”.
“Hemos llegado a una capacidad nunca antes pensada. En el invierno 2019, en Chile habían 1.450 pacientes en UCI, hoy tenemos más de 4.300 en total, de los que 3.300 están ahí por COVID-19. Estamos sobre el 300% de nuestra capacidad basal“.
Es por esto que planteó que “en vez de seguir tratando de crecer en camas críticas, acostumbrándonos a escuchar el relato de más de 100 fallecidos diarios, lo que proponemos es tomar un conjunto de medidas que se agrupen en tres grandes áreas que reducen los contagios: una de ellas tiene que ver con el individuo, insistir en la responsabilidad que cada uno tiene“.
En segundo lugar, destacó la necesidad de que las autoridades realicen una comunicación de riesgo capaz de “poder transmitirle a la ciudadanía la situación real. En vez de seguir hablando que vamos a llegar a las 5 mil camas y las personas piensen que la situación siempre puede dar un poco más, que siempre podemos tener un poquito más de contagios y que siempre puede morir más gente, empezar a dar un mensajes más consistente de que tocamos fondo y necesitamos cambiar el manejo”.
“Y el tercer pilar es la estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento. La trazabilidad sigue siendo un problema. Esto, acompañado de medidas de restricción en la movilidad en comunas que lo requieren de acuerdo a indicadores para que las medidas tengan una lógica sanitaria, pero estén respaldadas por la ciencia”, agregó.
Finalmente, reiteró que “las cuarentas dinámicas no funcionan” y que las autoridades sanitarias deberían apuntar a medidas más restrictivas, de corta duración y que tengan un efecto rápido en la movilidad: “En caso de ser necesario, y cada vez nos estamos acercando más a ese momento, se pudieran considerar medidas de restricción más cortas, en el timing de 14 días, pero que apunten a reducir significativamente la movilidad”.
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