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Es fácil caer en una falsa sensación de seguridad ahora que los estados en EE.UU. han reabierto. Y muchos ya están pagando el precio: Ya hay estados cerrando negocios nuevamente, al igual que algunas playas populares. Y la tasa de infecciones nuevas de COVID-19 sigue creciendo en la mayoría de los estados, mientras amenaza con revertir el progreso realizado durante las órdenes de confinamiento.

Entonces, ¿qué pasó? Cuando los estados reabrieron, el destino de esta pandemia pasó de estar en las manos gubernamentales a la responsabilidad individual. Pero muchos no están acatando esa responsabilidad, sino que han bajado la guardia demasiado pronto debido a ciertos mitos.

1. “Negocios abiertos, pandemia resuelta”

No. “Esto ni siquiera está cerca de terminar”, advirtió el director de la Organización Mundial de la Salud esta semana. Solo cerca del 5% al ​​8% de la población de EE.UU. ha sido contagiada de coronavirus, lo que significa que tenemos un camino largo por recorrer antes de alcanzar la inmunidad colectiva.

La inmunidad colectiva generalmente ocurre cuando entre el 70% y 90% de una población es inmune a una enfermedad infecciosa, ya sea porque las personas se han contagiado y recuperado, o porque se han vacunado. Pero pasarán muchos meses antes de que una vacuna contra el COVID-19 esté disponible públicamente, si es que se logra crear una efectiva que pueda estar disponible.

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Y como tampoco hay una cura para el nuevo coronavirus, entonces, la única manera de controlar esta pandemia mortal es a través del comportamiento individual, como mantenerse a dos metros de distancia de los demás, incluso en situaciones sociales, y usar una mascarilla protectora.

“Es fundamental que todos asumamos la responsabilidad personal de retrasar la transmisión del covid-19 y que adoptemos el uso universal de protecciones faciales”, indicó este martes el Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

2. “Soy joven y saludable, así que no estoy preocupado”

Los contagios nuevos de COVID-19 se han disparado en la generación Z y los grupos de edad millennial. Y aunque la tasa de mortalidad es más baja entre los adultos jóvenes, muchos luchan con los efectos a largo plazo que deja la enfermedad.

“Específicamente, me dirijo a los miembros más jóvenes de nuestra sociedad, los millennials y la generación Z”, apuntó Redfield al pedir recubrimientos faciales. “Pido a los que están escuchando que corran la voz”, insistió.

En Florida, el grupo de edad promedio de las personas infectadas en marzo estaba en los 60 años. Pero durante las últimas semanas, esa edad promedio se ha desplomado a los adultos jóvenes en sus 30 años, explicó el gobernador Ron DeSantis a finales de junio. El rápido aumento de los contagios en Florida “está siendo impulsado por ese grupo de 18 a 35 años”, aseguró DeSantis.

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Después de que Florida comenzara su reapertura a principios de mayo, Erika Crisp y 15 amigos salieron a celebrar un cumpleaños en un bar donde nadie utilizó una mascarilla. Los 16 amigos contrajeron COVID-19. Durante su salida nocturna, el virus parecía estar “fuera de vista, fuera de la mente” porque no conocían a nadie que se hubiera infectado, comentó Crisp. El grupo también tenía una falsa sensación de seguridad, explicó, porque su gobernador dijo que era seguro reabrir.

Por su parte, la doctora Jen Caudle, de Nueva Jersey, señaló que ha visto a pacientes jóvenes sufrir complicaciones graves o a largo plazo debido al COVID-19, incluidos derrames cerebrales, falta de aliento, fatiga o la pérdida del gusto y el olfato mucho después de recuperarse del virus.

3. “Revisamos la temperatura de empleados/clientes /invitados”

Las revisiones de temperatura no detectarán a portadores asintomáticos o presintomáticos de coronavirus, quienes no se sienten enfermos pero son contagiosos. Se estima que el 40% de las transmisiones de coronavirus ocurren cuando no hay ningún síntoma, según los CDC.

Incluso aquellos que sí presentan síntomas pueden no tener fiebre. De hecho, muchos adultos mayores –el grupo de edad con mayor probabilidad de sufrir complicaciones graves por covid-19– no tienen fiebre en absoluto.

4. “No necesito usar una mascarilla”

“A medida que las economías se reabran cada vez más, las máscaras son más importantes, no menos importantes”, advirtió Jeremy Howard, investigador científico de la Universidad de San Francisco.

Si el 95% de los estadounidenses utilizara máscaras faciales en público, se podrían prevenir 33 mil muertes antes del 1 de octubre, según el Instituto de Evaluación y Métricas de Salud de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés).

El director general de Sanidad de Estados Unidos, Dr. Jerome Adams, aseguró que si deseas que más negocios se abran y permanezcan en funcionamiento, deberías usar una máscara. “Algunos sienten que los recubrimientos faciales infringen su libertad de elección, pero si más personas los usan, tendremos más libertad para salir”, tuiteó Adams, quien fue designado por el presidente Donald Trump.

5. “La tasa de muertes está bajando, así que las cosas mejoran, ¿verdad?”

Estados Unidos informó recientemente su mayor número de casos nuevos de COVID-19 en un solo día, y los médicos sostienen que la tasa de infección está superando el aumento de las pruebas de detección. “Nuestra tasa de casos/nuevas infecciones diarias realmente se ha disparado a más de 40 mil”, señaló el doctor Jonathan Reiner, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington.

Los expertos en salud indican que los picos actuales de casos nuevos coinciden con lo que sucedió hace varias semanas, cuando los estados comenzaron a reabrir y muchas personas abandonaron las medidas de seguridad, como usar mascarillas o mantener el distanciamiento social.

Sin embargo, mientras los casos nuevos se disparan, el número diario de muertes por COVID-19 ha disminuido en general. Pero, no te dejes engañar por eso, advierten los médicos.

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Primero, las muertes por coronavirus usualmente van retrasadas frente a las nuevas infecciones. Pueden pasar hasta dos semanas para que aparezcan los síntomas. Después de eso, las personas podrían no tener la posibilidad de hacerse la prueba de inmediato. Entonces, puede llevar aún más tiempo para que los casos severos requieran hospitalización.

“Toma aproximadamente una semana después de que alguien se infecta hasta que se enferma lo suficiente como para ser hospitalizado, y luego por lo general alrededor de una semana tras eso hasta que comienzan a registrarse las muertes”, explicó Reiner.

Segundo, muchos de los infectados recientemente son jóvenes que tienen menos probabilidades de morir a causa del virus. Pero aun así pueden infectar fácilmente a otros simplemente hablando o respirando.

6. “Mi prueba de coronavirus salió negativa”

Esto no es excusa para dejar de tomar precauciones. “A veces hay falsos negativos, lo que significa que tienes la enfermedad pero la prueba no la detecta”, según Penn Medicine. “Como es posible obtener un resultado negativo incluso cuando tienes coronavirus, es importante ser cuidadoso incluso cuando si se recibe un resultado negativo”, añaden.

Incluso si el resultado negativo de la prueba es correcto, también existe la posibilidad de que hayas sido infectado desde que te realizaste dicho examen.

7. “Tal vez deberíamos dejar que la naturaleza siga su curso y lograr la inmunidad colectiva”

Esa no es una buena idea porque algunas unidades de cuidados intensivos ya están a su capacidad máxima o cerca de alcanzarla, apuntó Rodríguez. Incluso, si contraes coronavirus pero no te enfermas gravemente, el virus es altamente contagioso y podrías infectar a otras personas que necesitarán hospitalización, lo que podría reducir la atención para cualquier otra persona que la necesite, como las víctimas de accidentes automovilísticos o las personas que sufren ataques cardíacos.

“Las personas son ingresadas al hospital y a las unidades de cuidados intensivos más rápido de lo que son dados de alta” por el coronavirus, explicó Will Humble, director ejecutivo de la Asociación de Salud Pública de Arizona.

Humble señaló que le preocupa que los hospitales entren en “estándares de atención de crisis”, lo que básicamente significa “menos atención para todos, no solo para las personas con COVID-19”.

También hay otro problema al esperar la inmunidad del rebaño: este virus es tan nuevo que nadie sabe si los anticuerpos desarrollados después de la recuperación proporcionarán inmunidad a largo plazo.

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