Reseña del Galaxy Z Fold 7: Probando el teléfono más ambicioso de Samsung
Por Daniela Pérez P.
26.09.2025 / 15:28
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En CNN Bits tuvimos la oportunidad de testear el nuevo Galaxy Z Fold 7 durante varios días para ponerlo a prueba.
A comienzos del mes de julio, Samsung presentó en su tradicional evento Unpacked su nueva generación de dispositivos plegables Galaxy, entre ellos el Galaxy Z Flip 7 y el Galaxy Z Fold 7.
Sobre el Fold 7, TM Roh, presidente y director interino de la división Device eXperience (DX) de Samsung Electronics, sostuvo entonces que “combina la IA de Galaxy con un potente hardware para ofrecer nuestra experiencia de smartphone más avanzada hasta la fecha”.
“Este nuevo capítulo en el mundo de los plegables aúna diseño e ingeniería, con IA diseñada específicamente para el formato plegable. Ofrece a los usuarios la experiencia ultra que buscan: potente, inmersiva, inteligente y portátil, todo en uno”, agregó el líder de la tecnológica.
En CNN Bits probamos el nuevo Galaxy Z Fold 7 durante varios días. Navegamos en redes sociales, trabajamos, sacamos fotos y vimos películas, entre otras cosas, para probarlo y ver si realmente vale la pena invertir en el plegable más delgado de Samsung hasta ahora.
A simple vista, parece un teléfono normal, pero basta con notar esa discreta costura lateral y hacer un pequeño esfuerzo para abrirlo para que aparezca una pequeña tableta ante tus ojos. Eso sí, con su elevado precio, no es un dispositivo que uno compre impulsivamente, así que manos a la obra.
¿Qué tal el diseño?
Muchas marcas presumen del tamaño reducido de sus dispositivos, así que no le di mayor importancia cuando Samsung presentó el Z Fold 7 como su plegable “más delgado y ligero” hasta la fecha, pero bastó con tenerlo en mis manos durante algunos días para entender que esa frase no era un simple eslogan. El cambio se nota, y mucho.
Plegado, el Z Fold 7 pesa 215 gramos, lo que lo hace 24 gramos más liviano que el modelo anterior, diferencia que puede parecer pequeña sobre el papel, pero en el uso real se nota: se siente más cómodo en la mano, más fácil de transportar y más natural al usarlo como teléfono tradicional. Y cuando lo abres, la delgadez impresiona: solo 4,2 mm de grosor, al punto de que al principio daba un poco de miedo manipularlo.
Respecto a construcción, el marco de aluminio blindado y el cristal Gorilla Glass Ceramic 2 lo hacen sentir sólido, la bisagra tiene la dureza justa para abrir y cerrar con seguridad y el cierre ahora es completamente plano, sin el molesto hueco de antes. Lo único que no me terminó de convencer es que, por su delgadez y bordes rectos, abrirlo puede ser un poco complicado si tienes dedos grandes y a ello sumo que la cámara trasera sobresale bastante, haciendo que el teléfono se tambalee en superficies planas.
En cuanto a la pantalla, desplegada tenemos un panel AMOLED interior de 8 pulgadas con 120 Hz de tasa de refresco, HDR10+ y hasta 2600 nits de brillo, ideal para ver videos, jugar o trabajar en multitarea. Eso sí, el formato casi cuadrado sigue siendo un arma de doble filo: muchas series y películas muestran franjas negras y, aunque el pliegue es menos visible que antes, aún se siente al pasar el dedo. Otro detalle importante es que perdió la compatibilidad con el S Pen, algo que personalmente eché de menos.
Cámara: mucho mejor, pero aun con limitaciones
Salí con el Galaxy Z Fold 7 a la calle y lo usé como mi cámara principal durante varios días y puedo decir que los resultados son muy buenos, aunque no perfectos. Su sensor principal de 200 MP (el mismo del Galaxy S25 Ultra) captura imágenes con excelente detalle, colores precisos y un rango dinámico amplio. Las fotos urbanas, incluso en condiciones de luz complejas, se ven nítidas y llenas de matices.
El modo noche activado automáticamente logra cielos realistas sin sobreexponer el entorno, y los resultados superan en naturalidad a los del iPhone 16 Pro Max en mis comparaciones. El ultra gran angular de 12 MP también rinde bien en paisajes y primeros planos, mientras que el teleobjetivo 3x ofrece retratos atractivos, aunque sufre un poco en interiores y no puede competir con los zooms de 5x de otros gama alta.
Las cámaras frontales, ambas de 10 MP, cumplen sin sobresalir. En definitiva, el apartado fotográfico da un salto importante respecto a generaciones anteriores, pero aún hay margen de mejora. Me hubiera gustado ver un zoom más potente, sobre todo considerando el precio del dispositivo, aunque aun así, si no eres una persona obsesionada con el zoom (como es mi caso), quedarás satisfecho con su rendimiento.
Hablemos de rendimiento
Si hay algo que no se le puede reprochar al Z Fold 7, es potencia. Viene con el chip Snapdragon 8 Elite para Galaxy, el mismo que impulsa a la línea S25, y hasta 16 GB de RAM. En el uso diario todo se mueve con fluidez: desde las tareas más básicas hasta la multitarea pesada o los juegos más exigentes, todo funciona sin titubeos, incluso herramientas de IA, como la que elimina personas de una foto, funcionan en segundos.
El único punto negativo que noté en este aspecto fue la temperatura. En sesiones largas de juego o edición de video, el dispositivo se calienta más de lo que me gustaría, lo que probablemente se debe a su chasis tan delgado, que no deja mucho espacio para disipar el calor. Nada grave, pero sí algo a tener en cuenta si planeas exigirlo al máximo.
¿Y la batería?
La batería de 4.400 mAh se mantiene igual que en generaciones anteriores, y Samsung ha logrado conservarla a pesar de la delgadez del equipo. En un uso moderado —mensajería, redes sociales, fotos y algo de streaming— me alcanzó para todo el día sin problema.
Sin embargo, en jornadas intensas, especialmente con juegos de por medio, la autonomía se resiente, por lo que si vas a exprimirlo al máximo, te conviene llevar una batería externa. En general la batería no es mala, pero tampoco diría que está a la altura de lo que esperaría en un dispositivo que invita a usarlo varias horas gracias a su gran pantalla.
Reflexiones finales
Después de varios días usando el Galaxy Z Fold 7, puedo decir que es el mejor plegable que ha hecho Samsung. El salto en diseño es impresionante: delgado, ligero y cómodo de usar, incluso cerrado. La pantalla es fantástica, el rendimiento es sobresaliente y las cámaras están a la altura de lo que se espera de un gama alta.
Pero no todo es perfecto. El calor, la autonomía justa, la ausencia de compatibilidad con el S Pen y un formato que sigue sin aprovecharse del todo en contenido multimedia son detalles que empañan un poco la experiencia. Además, el precio sigue siendo altísimo, lo que hace difícil recomendarlo a cualquiera.
Aun así, si estás buscando un dispositivo que combine lo mejor de un smartphone premium con las posibilidades de una tableta en un solo cuerpo (sin pensar en el precio), podría ser una buena opción. Es un aparato maduro, potente y versátil, aunque aún hay espacio para mejorar.
Ficha técnica
Dimensiones: Cerrado: 72,8 × 158,4 × 8,9 mm / Abierto: 143,2 × 158,4 × 4,2 mm
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