{"multiple":false,"video":{"key":"yd7IQVnVpVo","duration":"00:01:54","type":"video","download":""}}

Crear un robot humano es una meta que los ingenieros están cada vez más cerca de lograr, pero en el Instituto Wyss para la Ingeniería Biológicamente Inspirada de la Universidad de Harvard la inspiración ha venido de algo mucho más pequeño: los insectos.

RoboBees

El RoboBees es una abeja robótica. Este micro robot mide aproximadamente la mitad del tamaño de un clip de papel y pesa menos que la décima parte de un gramo. Inspirado en la biología de una abeja, es capaz moverse y volar utilizando músculos y alas artificiales que se se agitan 120 veces por segundo. A través de otras aplicaciones esta abeja de metal puede también sumergirse, bucear y nadar bajo el agua.

HAMR

Otro insecto robótico del Instituto Wyss es el HAMR, inspirado en uno de los insectos más exitosos de la naturaleza: la cucaracha. Pesando menos de dos gramos, el HAMR es versátil, resistente y veloz, capaz de saltar, trepar, girar bruscamente, transportar cargas útiles y caer desde grandes distancias sin lesionarse.

Lee también: Belén Camarada y nanotecnología en la salud: “Esperamos que en el futuro los nanorobots puedan curar enfermedades”

Kilobots

Kilobots es un enjambre robótico capaz comunicarse y actuar colectivamente en respuesta a los cambios en su entorno. Para ello los ingenieros de Instituto Wyss se inspiraron en los comportamientos de animales como las hormigas, capaces de lograr hazañas colosales a nivel de colonia, como transportar grandes objetos y construir complejas estructuras.

Posibles Uso

Se espera que estos insectos robóticos sean capaces de asistir en la polinización de cultivos para ayudar a las poblaciones de abejas, cada vez más diezmadas por la emergencia climática que vive el planeta.

Además, por su tamaño y agilidad estos insectos robóticos tienen usos potenciales para asistir en misiones de búsqueda, rescate y vigilancia, así como trabajos de industria, construcción, reparación y monitoreo ambiental.

Habilidades no menores en la región que comprende la APEC, donde muchos países se ubican en el denominado “cinturón de fuego del Pacífico”, zona especialmente propensa a desastres naturales, actividad sísmica y erupciones volcánica que obligan a sus miembros a estar preparados para emergencias.

Tags:

Deja tu comentario