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Cuando Gabriela Vergara quedó embarazada de su segunda hija, su sueño era tener un parto natural y simbólico. Sin embargo, a las 27 semanas, rompió bolsa y se vio obligada a tener una cesárea.

Su hija Olivia nació pesando sólo 1 kilo y quedó internada en una clínica. Así, sin planificarlo, Gabriela y su marido tuvieron que acostumbrarse a pasar sus primeros días como padres rodeados del personal médico, las sondas y la incubadora.

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Según dicen, nada era como lo habían pensando. “Tuvimos que asumir esa pérdida, pero nos preguntábamos: ¿qué tenemos ahora?”, dice Gabriela. Hasta que apareció una idea directamente desde Alemania.

Se trata de BabyBe, un aparato que intenta replicar los beneficios del denominado “cuidado canguro” y fue creado por el diseñador industrial chileno Camilo Anabalón junto al alemán Raphael Lang.

Este equipo tiene forma de tortuga y está pensando para que las madres lo pongan en su pecho, de tal forma que puedan registrar su ritmo cardíaco y respiratorio, para luego transmitirlo hasta el colchón donde el recién nacido está acostado en la incubadora. De esa forma se logra la conexión entre el bebé prematuro y su madre.

“Nos ofreció prestarnos uno y nosotros dijimos: ¡ya!”, recuerda Gabriela. “Y fue muy determinante, porque en la noche nos íbamos asustados y esto nos daba la tranquilidad de que había algo de nosotros ahí”, agrega.

BabyBe combina la innovación y la maternidad, concibiendo una relación más cariñosa y contenedora gracias a la tecnología.

Camilo, su creador, desarrolló el proyecto cuando terminaba su Magíster en Diseño de Productos en la Academia Estatal de Bellas Artes de Stuttgart. Aunque inicialmente patentó Babybe en Alemania, luego de regresar a nuestro país obtuvo financiamiento de Start Up Chile para armar un prototipo.

El siguiente paso fue validar clínicamente el aparato y, si bien el objetivo era comprobar que no produjera daño, los beneficios se vieron de inmediato. Hoy el proyecto gana popularidad entre decenas de padres que enfrentan la separación forzada a raíz de un parto prematuro.

“Cuando uno ve que alguien tiene una reacción tan emocional como Gabriela, que le permitió ser madre de Olivia, uno se da cuenta que lo importante no es tener una idea, sino cual es el impacto de la idea. Nosotros somos una empresa que tiene como misión ayudar a las personas a convertirse en familia”, afirma Camilo.

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