Si este viernes miles de mujeres en el mundo salen a las calles es porque antes muchas otras se atrevieron y se hicieron escuchar.
Miles de mujeres se han alzado por sus derechos, desde las que consiguieron que pudiéramos votar hace un siglo, pasando por las que dijeron “ni una menos”, “#metoo” y “no es no”, hasta las estudiantes chilenas que el año pasado salieron a la calle a exigir una educación no sexista. Gracias a todas ellas, hemos avanzado, pero nos quedan aún muchas razones para levantar la voz.
El próximo viernes en todo el mundo las mujeres saldrán una vez más a protestar, a exigir igualdad, el fin de la violencia de genero y el abuso de poder. Se tomarán las calles, las plazas, pero por sobre todo hoy quiero invitarlas a que nos tomemos la palabra. Que sea el tema de conversación en nuestro trabajo, en el barrio, en la familia, que lo hablemos con nuestros hijos y también con la pareja.
Esta debe dejar de ser una lucha sólo de mujeres, o peor aún, una lucha contra los hombres. Hemos demostrado la fuerza que tenemos las mujeres cuando nos unimos, pero deben sumarse también ellos para que resulte un verdadero cambio. Dejar de competir para entender que sin ser iguales, tenemos igualdad de derechos e igualdad de capacidades.
Yo lo veo como una invitación a ser cómplices en la construcción de un mundo donde nuestras hijas y nuestros hijos no se pongan límites en sus sueños, ni mochilas al hombro, sólo por el hecho de ser hombres o mujeres.
Este 8M vamos contigo, ¡vamos por todas!
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