Reveladora encuesta: ¿Qué cosas cotidianas enojan más a los chilenos?

Por CNN Chile

27.07.2025 / 11:51

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El fin del GPS Ciudadano fue “comprender cómo se experimentan ciertas conductas que, sin ser delitos, alteran las normas implícitas que regulan la vida en sociedad”.


Una reciente encuesta reveló cuáles son las situaciones que más irritan a los chilenos y chilenas en su vida cotidiana.

Desde problemas de convivencia hasta experiencias frustrantes, el sondeo entrega un panorama sobre las fuentes más comunes de enojo.

El fin del GPS Ciudadano, elaborado por Datavoz, fue “comprender cómo se experimentan ciertas conductas que, sin ser delitos, alteran las normas implícitas que regulan la vida en sociedad”.

Se trata de actos que erosionan la convivencia (…). Este tipo de prácticas, denominadas incivilidades, actúan como una suerte de termómetro del estado de nuestras relaciones sociales: pequeñas transgresiones que, acumuladas, pueden configurar un ambiente percibido como tenso o deteriorado”, señalan desde la consultora.

¿Qué molesta más a los chilenos y chilenas?

Dos prácticas concentran un nivel de desaprobación casi unánime: conducir por la berma y poner música a alto volumen en la playa. El 90% y el 84% de los consultados, respectivamente, consideran estas conductas totalmente inaceptables.

En el otro extremo, acciones como llevar una mochila grande en el transporte público tuvo respuestas más matizadas: solo el 16% la ubica en el nivel de máxima desaprobación, mientras que una mayoría la considera medianamente aceptable o más.

Sin embargo, al preguntar qué tan molestas son estas conductas para el entorno cercano, surge una diferencia. Por ejemplo, si bien casi el 90 % rechaza conducir por la berma, solo el 64% cree que eso molesta a todas las personas de su entorno.

En otras conductas, la distancia es aún mayor: hablar por teléfono a viva voz es considerada inaceptable por el 28%, pero apenas el 20% cree que todos los demás la reprueban, predominando la percepción de un entorno más tolerante que uno mismo.

“Este fenómeno —conocido como ignorancia pluralista— sugiere que muchos pueden pensar que ciertas normas no están tan vigentes como realmente lo están, lo que debilita los mecanismos informales de control social. Si cada uno cree que el resto ‘aguanta más’, entonces se reduce la presión colectiva por corregir o contener comportamientos disruptivos”, reflexionaron desde Datavoz.

La encuesta también analizó la frecuencia, que reveló que la experiencia cotidiana modifica el juicio moral: Hablar por teléfono a viva voz es la más habitual, siendo seguida por la música fuerte en playas y la invasión de bermas por automovilistas, mientras que, por el contrario, acciones como comer empanada en el bus son menos frecuentes, con casi la mitad ubicándola en el rango de “rara vez”.

De acuerdo con la consultora, esta combinación entre alta desaprobación y alta frecuencia “resulta explosiva”. “Genera molestia acumulativa, sensación de impunidad e incluso puede erosionar la percepción de eficacia de las normas. En cambio, aquellas conductas menos frecuentes y menos reprobadas tienen menos peso en la experiencia de incivilidad cotidiana”.