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En el año 2015 la industria de la moda era responsable de la emisión de 1.200 toneladas de gases contaminantes, de un quinto de la contaminación acuífera y de un tercio de los microplásticos del océano.

Con unas previsiones de crecimiento que apuntan a que en 2030 alcanzará los 3.300 millones de dólares y fabricará 102 millones de toneladas de ropa y zapatos, de seguir como hasta ahora, las consecuencias de esta actividad para el entorno podrían ser catastróficas.

A pesar de que, en los últimos años, las grandes firmas de moda han tomado algunas medidas para reducir su huella en el medioambiente, lo cierto es que los esfuerzos todavía son insuficientes.

Según un estudio de Global Fashion Agenda, Boston Consulting Group y Sustainable Apparel Coalition, el 40% de todas las compañías de moda no han tomado ninguna acción en materia de sostenibilidad y el 60% que sí lo han hecho corresponden a pequeñas y medianas empresas.

Las grandes compañías internacionales han estancado su ritmo de mejora respecto a su impacto medioambiental.

Para seguir adelante y acelerar su acción, los gigantes de la industria deben comenzar a trabajar juntas y compartir soluciones, afirmó en El Publicista el director de la Escuela de Publicidad de la UDP, Cristián Leporati. 

La llave para la aceleración de estas iniciativas está en manos de gobiernos, inversores, medios de comunicación y, sobre todo, de los consumidores.

El 38% de los 3.000 consumidores encuestados en todo el mundo aseguran haberse cambiado de marca por su posicionamiento positivo hacia el medioambiente, una cifra que se eleva hasta el 50% en el caso de las generaciones más jóvenes.

A medida que aumenta la preocupación sobre el cambio climático y los desastres naturales, también lo hace el consumo consciente que castiga o premia a las marcas en función de su nivel de compromiso con el mundo que nos rodea.

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