Cómo enfrentar el herpes zóster, una enfermedad silenciosa que puede dejar secuelas dolorosas
Por CNN Chile
05.12.2025 / 19:14
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El infectólogo Carlos Pérez, decano de Medicina de la Universidad San Sebastián, advierte sobre los riesgos del herpes zóster, una patología frecuente en adultos mayores que puede generar dolor crónico y complicaciones severas si no se detecta a tiempo.
El herpes zóster, también conocido como “culebrilla”, es una reactivación del virus de la varicela que permanece latente en el organismo después de haber padecido la enfermedad en la infancia. El doctor Carlos Pérez, infectólogo y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, explicó que este virus puede volver a manifestarse años más tarde siguiendo trayectos nerviosos, generando lesiones cutáneas y un dolor intenso que afecta principalmente a personas mayores de 50 años o a quienes presentan enfermedades crónicas.
El especialista, quien además trabaja como infectólogo en la Clínica Universidad de Los Andes, detalló que esta condición, de alta prevalencia, afecta a uno de cada tres adultos sobre los cincuenta años. Su aparición se relaciona con el envejecimiento del sistema inmune y la falta de vacunación contra la varicela en generaciones anteriores. Cuando el virus se reactiva, puede presentarse en distintas zonas del cuerpo —como el tórax, el abdomen o la cara— y, en casos graves, comprometer la visión o provocar infecciones generalizadas en pacientes inmunodeprimidos.
Pérez subrayó la importancia de la detección temprana. Un dolor ardoroso y localizado, acompañado de pequeñas lesiones en una franja del cuerpo, es motivo suficiente para acudir al médico. Tratar el herpes zóster en sus primeras etapas puede reducir la duración del cuadro y prevenir secuelas como la neuralgia postherpética, una de las complicaciones más incapacitantes, caracterizada por un dolor persistente que puede extenderse durante meses o incluso años.
La prevención, enfatizó el infectólogo, también está vinculada al estilo de vida. Aunque el paso del tiempo no se puede controlar, mantener una buena salud general ayuda a disminuir el riesgo de reactivación viral. Factores como una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio, el control del peso y la reducción de hábitos nocivos como el tabaco o el exceso de alcohol contribuyen a fortalecer el sistema inmune.
Entre las enfermedades crónicas que aumentan la vulnerabilidad, Pérez mencionó la diabetes, especialmente cuando no está bien controlada. En estos casos, el desbalance de la glucosa puede favorecer las infecciones, incluido el herpes zóster. Por eso, insistió en la importancia de mantener un control médico regular y un adecuado manejo de las condiciones metabólicas.
Finalmente, el experto recalcó que muchas personas consultan tardíamente, cuando el daño ya está avanzado. Recomendó no minimizar los síntomas ni postergar la visita al médico ante un dolor intenso o persistente. La detección precoz, concluyó, es clave no solo para aliviar el malestar inmediato, sino también para evitar secuelas duraderas que pueden afectar significativamente la calidad de vida.
Mira acá la entrevista a Carlos Pérez sobre el herpes zóster y sus efectos: