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En la educación, existen dos tipos de mentalidades: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. Para conocer más sobre ello, en Sana Mente de CNN Chile conversamos con la académica de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, Carol Neumann.

La mentalidad fija es aquella que cree que la inteligencia y habilidades “son fijas e inamovibles”, mientras que la mentalidad de crecimiento valora la neuroplasticidad cerebral, demostrando que las habilidades y la inteligencia no son fijas y pueden fortalecerse con el esfuerzo y la práctica.

Según Neumann, en la actualidad, el sistema educativo pone mucho énfasis en los resultados y menos en los procesos, fomentando así la mentalidad fija en los niños. Para contrarrestar esto, es importante celebrar el proceso y fijarse en el trabajo y el esfuerzo detrás de las buenas notas. Además, es fundamental evitar etiquetar a los niños con adjetivos fijos y, en su lugar, aludir a sus acciones en el momento presente para evitar fijar su conducta.

“Abracemos la cultura del error. Está bien equivocarse, es parte de lo normal. Tratemos de etiquetar menos, hablemos más de los procesos y menos de los resultados”. 

Para los padres, se sugiere trabajar en la mentalidad de crecimiento a través de actividades y hobbies que los saquen de su zona de confort y los hagan aprender de sus errores. En resumen, la mentalidad de crecimiento permite a las personas aprender y mejorar continuamente, mientras que la mentalidad fija limita su potencial.

Consejos para fomentar la mentalidad de crecimiento en niños y adultos:

1. Celebra el esfuerzo y el proceso

En lugar de elogiar a los niños o a uno mismo por su inteligencia o habilidad natural, celebra el trabajo duro y la dedicación. Reconoce el progreso y los desafíos superados, en lugar de centrarte exclusivamente en los resultados.

2. Promueve la perseverancia

Ayuda a los niños y a ti mismo a desarrollar la capacidad de superar la frustración y continuar trabajando hacia un objetivo, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Recuerda que los errores y los fracasos son oportunidades para aprender y crecer.

3. Haz preguntas abiertas

En lugar de decirle a los niños o a ti mismo que no eres bueno en algo o que no puedes hacer algo, haz preguntas abiertas que fomenten la reflexión y la resolución de problemas. Por ejemplo, en lugar de decir “no soy bueno en matemáticas”, pregunta “¿Qué puedo hacer para mejorar mis habilidades en matemáticas?”.
Fomenta la exploración y el aprendizaje continuo: Anima a los niños y a ti mismo a probar cosas nuevas y salir de la zona de confort. Incentiva la lectura, la escritura, la música, el deporte, el arte y cualquier otra actividad que te guste. Recuerda que el aprendizaje es un proceso continuo y nunca es demasiado tarde para empezar.

La mentalidad de crecimiento es esencial para el éxito y la felicidad en la vida. Nos permite superar los obstáculos y aprender de nuestros errores y fracasos. Al fomentar esta mentalidad en los niños y en nosotros mismos, podemos desarrollar nuestra capacidad de aprender y crecer, lo que nos llevará a una vida más plena y satisfactoria.

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