Los incendios de enorme intensidad y voracidad se están volviendo una constante mundial. Si bien los países de Europa y América del Norte están terminando la temporada de grandes siniestros, Chile está a la espera de este fenómeno.

Ejemplos hay muchos. En julio recién pasado, más de 80 personas murieron en Grecia producto de las llamas y el pueblo de Mati prácticamente desapareció. En España, más de mil hectáreas se quemaron en Valencia y en Estados Unidos, California vivió las peores escenas de su historia. Y la lista suma y sigue.

Nuestro país fue protagonistas de los incendios forestales durante enero y febrero de 2017, cuando se generaron múltiples focos de llamas entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos. Para este verano, el gobierno estima que se quemarán más de 70 mil hectáreas, un incremento notorio con respecto al año anterior.

Por esto mismo, el presidente Sebastián Piñera presentó un nuevo plan de prevención, que contempla el aumento del 20% del presupuesto de Conaf. Además, de 2.800 brigadistas y 45 aeronaves para amagar cualquier incendio que se registre en el país.

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El comportamiento del fuego cambió

Si bien el 87% de los incendios son provocados por acción humana, según datos del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, existe una causa subyacente: el cambio climático.

Las constantes sequías y las altas temperaturas a nivel mundial han provocado incendios sin control. Incluso, los científicos ya hablan de un nuevo comportamiento del fuego, llegando a denominar estos incendios como “tormentas de fuego”.

Eso fue que ocurrió en Chile en 2017 y Santa Olga, una pequeña comuna del Maule que fue arrasada por las llamas, se convirtió en el símbolo de la catástrofe.

El fuego no llegó hacia esa localidad avanzando por tierra, como se hubiera esperado tradicionalmente, sino que flamas encendidas avanzaban por el aire.

Planificar el territorio: la medida urgente

Lo que urge, según la opinión de los entendidos, es la planificación del paisaje. “Tomando el ejemplo de Santa Olga, es importante construir poblados alejados de los focos de incendio y que viviendas estén hechas con materiales capaces de aislar o postergar la llegada del fuego”, afirma Juan José Santa Cruz, gerente general de EstoySeguro.cl.

“Además, es importante que no solo las grandes empresas que están vulnerables a incendios forestales tengan la posibilidad de tener contratar un seguro, sino que también los ciudadanos puedan hacerlo. Crear una póliza que cubra este riesgo es el desafío de la industria”, agrega el líder de Estoy Seguro.

Precisamente, las medidas planteadas por los expertos a nivel internacional son: planear el uso de la tierra, pensar el ordenamiento territorial, diversificar el paisaje con distintos tipos de usos -no solo extensas y densas plantaciones forestales- y controlar que lo que se plante sea lo menos inflamable.

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