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La teniente de Gendarmería, Linda Cerpa, llegó hasta la comisión de Mujer y Equidad de Género de la Cámara de Diputados para denunciar la divulgación de material pornográfico al interior de Gendarmería y una serie de hechos de acoso en su contra.

Cerpa era la única mujer en esa unidad y relató que los hechos sucedieron en 2015 cuando la institución destinó a su marido, también gendarme, a otro lugar.

Según consignó El Ciudadano, la gendarme dijo que cuando trasladaron a su esposo comenzó su calvario pues, él era su único apoyo.

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En ese momento comenzó “una rutina diaria de acoso sexual y malos tratos”, llegando incluso a decidir subir 30 kilos en ocho meses con el fin de parecer “menos atractiva”, pero el maltrato no paró.

Según detalló el medio antes citado, la gendarme sostuvo que en abril de ese año encontró en su habitación un sobre con conversaciones de un grupo de WhatsApp llamado “El Club de Toby” donde se le insultaba y ofendía de diversas maneras.

La mujer resaltó que hubo comparaciones de índole sexual y una de ellas estaba relacionada a un video con material pornográfico infantil, que uno de los oficiales compartió en dicha conversación.

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Cerpa denunció la situación al jefe de la unidad solicitando un sumario administrativo, pero expresó que fue el mismo director regional quien intentó convencerla de que no iniciara una acción judicial ya que “los abusos sufridos no tenían importancia” y le aconsejó que los resolviera personalmente con los involucrados.

La oficial acudió al Sernam que junto con la Asociación Nacional de Oficiales Profesionales de Gendarmería ayudaron a que fuera derivada a Valdivia donde, según dijo Cerpa, el trato era sumamente soez, le cambiaron los turnos de un momento a otro y se referían a ella de manera grosera. “Los oficiales involucrados que hablaban de mí eran siete, pero los que pertenecían al grupo eran 14”, comentó.

Consecuencias físicas y psicológicas

Linda Cerpa perdió tres piezas dentales y sufrió un trastorno del sueño tras entrar en una depresión severa. Lejos de acabar el maltrato siguió en marzo de 2016 cuando la nueva fiscal de Gendarmería llevó su denuncia de almacenaje de material pornográfico infantil al Ministerio Público, consignó El Ciudadano.

Fue en ese momento que la teniente fue víctima de robo en su habitación y cuando se quiso investigar, la indagación no pudo avanzar porque un subteniente impidió el ingreso a la habitación a personal de la PDI.

Luego en 2017 fue imputada tras ser denunciada por el supuesto delito de divulgación de conversaciones privadas. “No solo me niega la asistencia debida como víctima y obstaculiza la persecución de responsabilidades funcionarias y penales contra mis abusadores y acosadores, sino que insta un proceso en mi contra por el mero hecho de denunciar hechos ilícitos que llegan a mi conocimiento de forma anónima”, acusó.

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Apoyos en la comisión de la Mujer y Equidad de Género

Tras ser recibida y escuchada en la comisión de la Cámara, la diputada del PPD, Loreto Carvajal, dijo que llamará a reunión a representantes de Carabineros, Gendarmería, PDI y de la Fiscalía para conocer en detalle la denuncia. La parlamentaria criticó que a más de 3 años de que esta teniente realizó la denuncia aún no haya recibido respuesta y que además fuera denunciada por los funcionarios de alto rango.

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