Ambos hermanos testificaron que su padre se refirió con "verborrea despectiva" a Raffaella di Girolamo y que "tenía muchas fotos de niñas distintas desnudas".
En medio de la indagatoria de la acusación contra Cristián Campos por abuso sexual por parte de la hija de su expareja, Raffaella di Girolamo, se han dado a conocer nuevos antecedentes sobre la causa.
Esto dado que Canal 13 reveló los testimonios de los hijos del denunciado: Pedro y Antonio Campos, quienes han respaldado la denuncia contra su padre.
Pedro Campos señaló en su testimonio que “le pregunté a mi madre si cuando ella encontró desnudo a mi padre en la cama de Raffaella, fue el motivo de la separación y ella señaló que en ese momento la relación murió, que esto fue un antes y un después. Yo estaba desbordado, mi mamá me consolaba, después llego hasta la pieza de Antonio, recuerdo que estábamos sentados en el suelo y cuando llegó mi hermana Raffaella a la pieza, con mi hermano Antonio la abrazamos y le dijimos que le creíamos“.
Cristian Campos: Los testimonios de sus hijos
En esta línea, relató que posteriormente confrontaron a Cristián Campos: “Lo único que le dije es que si a la Raffaella le pasaba algo o se hacía algo, yo no se lo perdonaría. Mi papá al escuchar eso dijo ‘la Rafa’, con un tono despectivo, después comenzó con una verborrea despectiva para referirse a la Raffaella, decía que la Rafa era una loca, que es ninfómana. Después comenzó a hablar de mi mamá de la misma manera, diciendo que esto era una vendetta, que era por un odio parido”.
Por su parte, Antonio Campos señaló que “vinieron a mí varios recuerdos, como ver a mis padres cuando yo era muy chico peleando por unas fotos en las cuales estaban relacionadas con mi hermana Raffaella, no sé de donde me enteré eso, o si lo escuché, lo que tengo claro que fue una discusión muy fuerte, en ese periodo yo tenía entre 8 a 9 años, esto fue casi previo a su separación”.
Además, relató que encontró fotos de mujeres desnudas en el computador de su padre y que “tenía muchas fotos de niñas distintas desnudas, pero no en actitudes pornográficas, en ese mismo computador tenía videos de él teniendo sexo y en esas imágenes se iba cambiando a medida que cambiaba de pareja”.
“Yo alcancé a ver a 2 o 3 pololas en actitudes gráficas, muy íntimas, actitudes de pieza. En un comienzo la curiosidad que me hacía abrir estos archivos (…) me produjo que yo no me pudiera desarrollar sexualmente y por lo cual tuve que realizar terapia”, agregó.