El mandatario se refirió a las dos renuncias que marcaron el inicio de esta semana, reiterando que fueron decisiones tomadas por cada uno. Por un lado, destacó el rol que cumplió Crispi como jefe de asesores y afirmó que "había un encono por parte de ciertos sectores a su figura".
Este martes el Presidente Gabriel Boric se refirió a las salidas de Maya Fernández y Miguel Crispi, tras sus renuncias al Ministerio de Defensa y a la jefatura de asesores de La Moneda, respectivamente.
En conversación con Agricultura, el mandatario defendió el trabajo de ambos colaboradores del Gobierno. En cuanto a Crispi, Boric aseguró que “había un encono” hacia su figura por parte de ciertos sectores, algo que superó “límites aceptables” llevándolo a tomar la decisión de presentar su renuncia.
“A Miguel Crispi se le ha acusado de muchísimas cosas, ninguna de ellas ha sido probada. Tengo la convicción personal de que Miguel hizo un muy buen trabajo al interior del Gobierno en cuestiones que no tienen por qué verse, que es la coordinación de los sectores programáticos del Gobierno, la relación con ministros y, por cierto, el segundo piso. Es un motorcito importante junto con muchas otras personas anónimas. Había un encono por parte de ciertos sectores a su figura. Y él decidió y lo conversamos que ya se habían pasado límites aceptables y decidió dar un paso al costado”, afirmó el Presidente.
También comentó lo que fue la salida de Maya Fernández, quien se había mantenido liderando la cartera de Defensa Nacional a pesar de las acciones tanto judiciales como políticas realizadas en su contra.
Al respecto, Boric reiteró los dichos de Fernández en el sentido de que ahora “le correspondía en este momento defender su honra” y afirmó que nadie intentó hacer negocio con la compra de la residencia del expresidente Salvador Allende.
“Tengo plena confianza, y lo he conversado mucho con Maya, en que ella jamás, bajo ninguna perspectiva, ha tratado de beneficiarse, enriquecerse de ninguna manera de todo lo que ha sucedido con el tema de la casa. No hubo intención de nadie de algún enriquecimiento ilícito, de hacer un negocio, una pasada.
En ese sentido, Boric defendió la relevancia histórica del domicilio del exmandatario, afirmando que si bien es “una figura que puede ser muy controvertida en Chile”, es “un expresidente constitucional, que murió en La Moneda defendiendo la democracia y que es una de las personalidades más respetadas en el mundo entero”.
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