El secretario de Estado además criticó la normalización de la presencia policial en los colegios y acusó a grupos antisistema de instrumentalizar los recintos para promover actos delictivos.
El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, fue enfático este jueves al señalar que los recientes episodios de violencia en las afueras de liceos emblemáticos de Santiago ya no pueden ser abordados bajo la lógica de la “convivencia escolar”.
En cambio, afirmó, se trata de “actos delictivos que deben ser perseguidos penalmente”, y llamó a “olvidarse del uso del Aula Segura”.
“Lo que ocurre fuera de los establecimientos no es convivencia escolar. Es delincuencia pura”, advirtió el secretario de Estado, en referencia a los disturbios que, semana a semana, obligan a desplegar operativos policiales en zonas donde se ubican colegios tradicionales como el Instituto Nacional o el Liceo de Aplicación.
Cordero lamentó que se haya “normalizado” la presencia permanente de fuerzas policiales afuera de estos recintos durante las últimas semanas, algo que calificó de “completamente anormal” y que, a su juicio, refleja la gravedad de los hechos.
Más allá del Aula Segura
Frente a este escenario, el secretario de Estado descartó el uso del protocolo “Aula Segura” como herramienta principal para enfrentar la situación.
Si bien reconoció que puede aplicarse en contextos de violencia escolar interna —como riñas o uso de armas blancas— aclaró que los hechos que ocurren fuera de los colegios exceden con creces ese marco.
“Usted puede aplicar el Aula Segura si quiere, pero lo que está pasando ahí son delitos que deben ser perseguidos intensamente por el sistema penal”, afirmó.
Cordero explicó que existe una mesa de trabajo conjunta con el Ministerio de Educación que se ocupa de los conflictos internos en los establecimientos. Sin embargo, alertó que en los casos más recientes, hay evidencia de participación de adultos ajenos a las comunidades escolares.
Acusaciones contra grupos radicales
El ministro fue más allá y apuntó directamente a organizaciones antisistema, a las que acusó de instrumentalizar los liceos emblemáticos para promover actos violentos.
“Hay grupos que han estado utilizando por demasiado tiempo estos establecimientos como plataforma para generar violencia. Y muchos de ellos son adultos ajenos a la comunidad escolar”, sostuvo.
Una de las preocupaciones centrales del Gobierno es la confección de artefactos incendiarios —como bombas molotov— al interior de los colegios.
Frente a esto, Cordero fue enfático: “Me resisto a creer que el uso de armas dentro de un establecimiento escolar sea considerado convivencia escolar. Jurídicamente, no procede”.