La magistrada Irene Rodríguez insistió en que “hubo error de Gendarmería en no cotejar el oficio”.
Este lunes, la jueza Irene Rodríguez, quien autorizó la liberación de Alberto Mejía, imputado por el asesinato de José Reyes Ossa, conocido como el “Rey de Meiggs”, apuntó a Gendarmería por el hecho.
El pasado viernes, la Corte de Apelaciones de Santiago decidió suspender por un mes a la magistrada —además de a una funcionaria del Poder Judicial— mientras se realiza la investigación por el hecho.
A las afueras de su domicilio, la jueza tildó el hecho que terminó con la excarcelación de Mejía como un “error de la parte administrativa”, afirmando que faltó un cotejo por parte de Gendarmería.
“Fue un error haber remitido el oficio con la rectificación de nombre y cambio de cautelar, era parte del historial interno. También hubo error de Gendarmería en no cotejar el oficio, no llamar ante la duda”, agregó.
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En esta línea, aseguró que “nada habría pasado si en Gendarmería hubiera habido un buen cotejo, porque ellos tenían que compararla. Si hubiera existido un buen cotejo en Gendarmería, esto no habría pasado”.
“Si hubiera existido una llamada para aclarar la duda, esto no habría pasado. Esa es la verdad. Ellos llaman por todo. Ellos llaman porque falta un acento en Martínez. Ellos llaman por todo el tribunal”, insistió Rodríguez.
Finalmente, la jueza se refirió a su suspensión, señalando que la encuentra prudente. “Estoy muy conforme, es una medida totalmente razonable. El fundamento es para una mejor investigación y para un buen funcionamiento del tribunal y creo que es muy bien”.
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