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El polémico regreso de los hermanos Ponce Lerou a SQM ha despertado un debate inesperado. El ex ministro Francisco Vidal propone repetir con el litio la misma fórmula que con el Cobre y el Salitre: nacionalizar SQM.

Una idea que hasta el propio impulsor considera difícil de concretar: “Si el día de mañana todo el Parlamento quisiera que el litio fuera chileno, no se puede, tienes que cambiar la Constitución primero”.

Para lograrlo habría que modificar la carta fundamental. Desde 1977 los yacimientos de litio del Salar de Atacama pertenecen a Corfo, entidad del Estado.

Desde 1983 el nuevo Código de Minería declara no concesible el litio, que es similar a reservarlo al Estado, mientras que la Constitución de 1980 establece que solo el Presidente de la República, mediante decreto supremo, puede permitir que privados exploten el litio chileno, con la sola excepción de que se podrían otorgar concesiones administrativas o contratos especiales de operación.

Actualmente, Chile posee el 52% de las reservas de carbonato de litio del planeta. Las exportaciones de este producto clave en la fabricación de baterías para autos eléctricos, aumentaron 32% entre enero y mayo de este año. Con ello, los envíos del mineral sumaron 387 millones de dólares en los primeros cinco meses del año. Un negocio que crece en Chile, pero que cuya posible nacionalización genera diferencias políticas.

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