El ministro de Seguridad fue enfático en señalar que las declaraciones de la candidata Matthei -quien defendió el golpe- ofenden la conciencia de las familias de personas fallecidas y desaparecidas en dictadura y también "ofende la conciencia del país".
Gran rechazo provocaron en el gobierno las declaraciones de Evelyn Matthei sobre la dictadura, al decir que durante los primeros años del régimen las muertes fueron “inevitables”.
El presidente Gabriel Boric fue uno de los primeros en reaccionar, y señaló que la dictadura fue “criminal e ilegítima” y que “nada justifica los asesinatos, los desaparecidos, las torturas, el exilio. Ni el 73, 74, 83, 85, o el año que sea”.
Lo secundó la ministra de Ciencia y vocera (s), Aisén Etcheverry, quien afirmó que “ninguna candidatura debería hacer retroceder a Chile. No validemos el horror. Construyamos futuro”.
En esa línea, el ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, se sumó a los dichos del Ejecutivo, y afirmó que “ninguna de esas muertes puede ser justificada, ninguna puede ser calificada de inevitable y me parece una ofensa para los familiares y también para la historia democrática del país”.
Desde el Congreso, la autoridad calificó como desafortunadas e hirientes con las víctimas y sus familiares las declaraciones de la candidata Matthei.
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“Lo que me parece especialmente grave es que ella señale que eran muertes inevitables entre 1973 y 1974. Ella da una fecha a una etapa que es especialmente complejo, y en algún sentido sus palabras, creo yo, lo que hacen es que justifican esas muertes por parte del Estado”, acotó.
En esa línea, recordó emblemáticos casos de asesinatos ocurridos durante el régimen militar de Augusto Pinochet: “Quiero recordar algunas cosas, en el período que ella dice que las muertes son inevitables, en este país 70 campesinos de Paine fueron detenidos y hechos desaparecer, no tenían militancia pública reconocida, solo trabajaban en el campo, liquidaron 70 familias”.
“En marzo de 1974, murió José Tohá, a quien se le impuso que había muerto durante suicidio, el tiempo demostró que no fue eso, sino que fue asesinado y dos excoroneles de la FACh, que yo creo que ella podrá probablemente recordar, fueron condenados por torturas en la muerte de él. En septiembre de 1974 la dictadura mandó a asesinar en Buenos Aires a Carlos Prats”.
El secretario de Estado fue enfático en señalar que “ni los 70 campesinos muertos, ni José Tohá, ni tampoco Carlos Prats eran muertes inevitables, eran muertes evitables. Y lo que dijo hoy día ofende la conciencia de esas familias y en algún sentido, siento que ofende la conciencia del país”.
Además, manifestó que es “dramático” que quien busca ser presidenta de Chile “justifique algunas muertes”. “Ninguna de esas muertes puede ser justificada, ninguna puede ser calificada de inevitable y me parece una ofensa para los familiares y también para la historia democrática del país”, sentenció Cordero.