La plaga, erradicada de Estados Unidos hace más de 40 años, ha reaparecido con fuerza en países como Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.
Puede sonar a ciencia ficción o a una broma exagerada, pero Estados Unidos está planeando liberar millones de moscas desde aviones. ¿El motivo? Controlar una agresiva plaga de larvas que pone en jaque al sector ganadero y que ya ha provocado más de 35.000 casos de infestación en América Central y México.
El gusano barrenador del ganado, conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax, es la forma larvaria de una mosca que pone sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente, como vacas, caballos o incluso mascotas y animales silvestres.
Al eclosionar, las larvas comienzan a devorar el tejido vivo del huésped, provocando heridas profundas que, sin tratamiento, pueden ser letales en pocos días, recogió La Tercera.
La plaga, erradicada de Estados Unidos hace más de 40 años, ha reaparecido con fuerza en países como Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.
En noviembre de 2024 se detectaron casos en México, lo que encendió las alarmas en las autoridades estadounidenses, especialmente por las consecuencias económicas: el cierre del comercio de ganado con el país vecino y la posibilidad de que el parásito cruce la frontera.
Moscas contra moscas
Para frenar esta amenaza, Estados Unidos ha decidido volver a una estrategia que ya funcionó en las décadas de 1960 y 1970: la suelta aérea de moscas macho esterilizadas.
Criados en laboratorios y esterilizados con radiación, estos insectos no pueden producir descendencia. Cuando se aparean con hembras salvajes, los huevos no eclosionan, lo que reduce gradualmente la población de la plaga.
Actualmente, la única planta en funcionamiento que produce estos insectos se encuentra en Panamá. Desde allí, se generan más de 100 millones de moscas estériles cada semana, que se dispersan en regiones afectadas por vía aérea.
Para reforzar la estrategia, el Departamento de Agricultura de EE.UU. anunció la construcción de una nueva instalación en Texas, cerca de la frontera con México.
La planta estará ubicada en la Base Aérea Moore, en el condado de Hidalgo, y contará con una inversión inicial de US$ 8,5 millones. Además, se proyecta una fábrica adicional que podría costar hasta US$ 300 millones y se destinarán otros US$ 21 millones para renovar una planta en México.
Una amenaza en movimiento
El gusano barrenador había sido erradicado en EE.UU. en 1982, gracias al mismo programa de liberación de moscas estériles que ahora se reactiva.
Sin embargo, su reaparición en el sur de México ha demostrado lo rápido que puede avanzar esta plaga si no se contiene.
Más allá del impacto económico, el riesgo es también ecológico. Este parásito puede afectar a fauna silvestre como ciervos, zorros o roedores, haciendo que su expansión sea aún más difícil de controlar.