Miles están tratando de escapar de la pobreza o violencia de sus países.
Una verdadera crisis humanitaria se vive en la frontera sur de Estados Unidos, con la inminente deportación de cerca de 35 mil niños que han llegado a ese país completamente solos, en los últimos 8 meses. La mayoría de ellos son procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras. Una situación que ha llevado a las autoridades centroamericanas a planear una propuesta para Washington, con el objetivo de conseguir que sean reunidos con sus padres.
En tanto, los legisladores estadounidenses coinciden en que un niño que cruza la frontera de manera ilegal, acompañado de uno de sus padres, o solo tratando de encontrarse con él, no está violando la ley voluntariamente, por lo que debería ser tratado de forma muy distinta a cómo se trata a un adulto.
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