India lanzó satisfactoriamente su misión para conseguir posar un vehículo remoto de exploración en la luna en lo que se ha convertido en un hito para los intentos del país de convertirse en una superpotencia espacial. 

Esta última misión lunar de la nación asiática, Chandrayaan-2 -que significa “vehículo lunar” en sánscrito- despegó desde el Centro Espacial Satish Dhawan en Sriharikota en el estado de Andhra Pradesh este lunes a las 2:43 p.m. hora local.

El lanzamiento estaba originalmente programado para el 15 de julio, sin embargo, fue abruptamente cancelado a sólo 56 minutos del despegue producto de una “pequeña dificultad técnica”.

Ahora, India está camino a convertirse en el cuarto país en lograr un soft-landing –un aterrizaje en el que no se destruya el vehículo-, junto a Estados Unidos, China y la ex Unión Soviética.

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El Chandrayaan-2, que pesa 3.8 toneladas y lleva 13 cargas, tiene tres elementos: orbitador lunar, módulo de aterrizaje y el robot radiocontrolado, todos desarrollados por la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO, en inglés).

La nave viajará por dos meses antes de posicionarse a en una órbita circular a 100 kilómetros sobre la superficie de la luna. Desde ahí, el módulo de aterrizaje -llamado Vikram por el pionero en el programa espacial indio Vikram Sarabhai- se separará del cuerpo principal y aterrizará suavemente en suelo lunar, cerca de su polo sur.

Tras eso, el vehículo robótico llamado Pragyan (que significa “sabiduría”) se desplegará y pasará un día lunar, o 14 días de la Tierra- recolectando minerales y muestras químicas de la superficie para un análisis científico remoto.

Durante el próximo año, el orbitador realizará un mapa de la superficie lunar y estudiará la atmósfera exterior de la luna.

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Kailasavadivoo Sivan, presidente del ISRO, dijo en junio que los últimos 15 minutos del aterrizaje “van a ser el momento más aterrador para nosotros“.

Así como también coincide con el aniversario 50 de la misión del aterrizaje del Apollo 11, el lanzamiento llega cuando otras agencias espaciales retoman la idea de mandar humanos a la luna y más allá: la NASA ha hecho público un osado plan para volver a tener astronautas norteamericanos en la luna para 2024.

Las ambiciones espaciales indias

La misión es significativa para India. El país quiere convertirse en el mayor actor en el desarrollo espacial y poner a los astronautas indios en el espacio para 2022.

“India quiere mostrar, especialmente desde que el primer ministro (Narendra) Modi llegó al gobierno, que India es una potencia mayor, y que India tiene que ser tratada como una potencia indo-pacífica mayor“, dijo Rajeswari Pillai Rajagopalan, quien encabeza la iniciativa de políticas nucleares y espaciales en el Observer Research Foundation (ORF).

Chandrayaan-1, la primera misión, descubrió moléculas de agua en la superficie de la luna. Como parte de la misión, una sonda de impacto chocó en la región sur en un aterrizaje controlado.

El aterrizaje intentado este lunes representa un desafío técnico mucho más grande para India que ese choque controlado del Chandrayaan-1.

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Las dos misiones Chandrayaan son precursoras de Chandrayaan-3, la cual está planificada para que haga un retorno a la luna en 2023-2024.

En 2013, India se convirtió en la primera nación asiática en alcanzar el Planeta Rojo cuando puso la sonda Mangalyaan en la órbita de Marte.

La misión fue mediáticamente conocida al costar 74 millones de dólares, menos de los 100 millones que costó la realización de la película de Hollywood Gravity.

En 2017, India lanzó un récord de 104 satélites en una misión operando con un bajo presupuesto. A comienzos de este año, el primer ministro Modi anunció que India dio de baja uno de sus propios satélites in la que aseguró era una prueba anti-satélite, convirtiendo a India en uno de los cuatro países en lograr esta hazaña.

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Modi dijo que esa operación, llamada Misión Shakti -que significa “poder” en Hindi-, podría defender los intereses espaciales del país. El ministro de relaciones exteriores dijo que India no tenía “intenciones de entrar en una carrera armamentista en el espacio exterior”.

La nación también se está posicionando como una plataforma de lanzamiento para los satélites comerciales del resto del mundo -ha lanzado 297 satélites extranjeros de 33 países, de acuerdo a la agencia espacial del gobierno.

El presidente de ISRO, además, anunció en junio que India está planeando montar una estación espacial independiente para 2030. Actualmente, la única estación espacial disponible para tripulaciones espaciales es la Estación Espacial Internacional (ISS), un proyecto conjunto en los que varios países participan.

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La agencia espacial de India ha propuesto enviar un orbitador a Venus para 2023.

No obstante, algunos dicen que las ambiciones indias son poco realistas. “ISRO también tiene un déficit de capacidad, recursos humanos y financieros limitados, así que ¿cómo se van a posicionar entre la estación espacial y los programas de astronautas?”, cuestiona Rajagopalan. “Algunos de estas cosas están siendo manejadas por sentimientos nacionalistas, orgullo y prestigio, pero algunas no van a poder ser alcanzables”.

Carrera espacial asiática

Actualmente hay una competencia por el poder relacionado al desarrollo espacial en Asia, con China, India y Japón delineando osados planes de exploración.

China, el mayor competidor regional de India por el estatus de superpotencia, es el país que más rápidamente ha crecido en este aspecto y, bajo el liderazgo de Xi Jinping, ha invertido miles de millones en la construcción de su programa espacial.

En enero, China hizo historia al convertirse en la primera nación en aterrizar un robot explorador en el lado más lejano de la luna. Además, una misión planeada para el próximo año busca alunizar, recolectar muestras y volver a la Tierra.

Planes preliminares también preparan el terreno par una misión lunar para 2030. De ser exitoso, China sería apenas el segundo país, después de Estados Unidos, en poner a un ciudadano en la Luna.

Beijing también está invirtiendo en gran medida en el programa Tiangong, un precursor para una estación espacial permanente que planea finalizar su construcción en 2022.

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