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En este capítulo de Empresas 2050, Matilde Burgos conversó con Soledad Teixidó, presidenta directora de PROhumana, una organización chilena que promueve iniciativas transformadoras para una sociedad con mayor desarrollo humano sustentable multisectorial, y donde las empresas persigan en sus modelos de negocios ser un agente de progreso económico, ético, social y ambiental.

Con esta labor buscan elevar los niveles de consciencia de los altos ejecutivos, su idea es influir en el ecosistema empresarial de manera consistente e instalando altos estándares de gestión sustentable.

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En relación a la conflictividad social y política que vive el país, la ejecutiva comentó que desde la organización que representa habían advertido que podría ocurrir. “El 18 de octubre tuve sentimientos contradictorios porque fue, en cierta forma, una felicidad y, a la vez, una gran pena (…) Nosotros en PROhumana veníamos anunciando hace diez años que los dos grandes riesgos que iba a tener la empresa iba a ser el cambio climático y la inequidad social, y que si no mejorábamos eso, íbamos a tener estallidos sociales. Nosotros lo veníamos diciendo, no había que ser muy inteligente. Además, uno lo veía en el análisis internacional, donde uno puede encontrar mucho”.

Destaca que hay un problema de egoísmo machista que explica las brechas de género pero que, incluso, va más allá. “Yo creo que la empresa es egoísta, pero también creo que hay muchos hombres que no nos ven, que definitivamente no ven al otro. No ven a las mujeres, y así no ven a otros, no sólo es un tema con nosotras. Y creo que, como el mundo empresarial está liderado por hombres a nivel global, eso es lo que vivimos hoy día. Este llamado que hacen los gremios hace dos meses, por ejemplo, a que tenemos que conversar, a que tenemos que aprender a escucharnos, es una clara demostración de que nunca han conversado y que no ven al otro. Entonces, como diría nuestro querido Humberto Maturana, la legitimidad del otro no está en la vista de ellos. Eso es lo que hemos sufrido las mujeres”.

Uno de los temas centrales que se relevan en estos meses de crisis es la equidad, pero también la diversidad emerge como esos temas conexos a los que hay que ponerle atención. En el caso de las empresas es algo que algunas se han tomado en serio, pero que en otras subyacen aún sesgos que van contra la diversidad. Teixidó considera que hace falta entender la diversidad en una dimensión más integral que va más allá de solo incluir mujeres.

“Yo diría que un grupo lo está haciendo porque están obligados a hacerlo. Yo diría que es pequeño el grupo que entiende que que hay que tener grupos diversos, y eso es ir más allá de incluir solo a mujeres. Estoy hablando, por ejemplo, de tener un directorio meritocrático con diversidad de universidades, de establecimientos educacionales, hasta de tener a alguien de una comunidad indígena que se aparte de ese directorio. Eso no está instalado todavía. Entonces, yo diría que es más por obligación que por una convicción de que las mujeres deberían participar. La tendencia es ser club de Toby como ellos mismos lo reconocen”, aseveró.

Aunque en Chile se está dando esta discusión, es mucho lo que queda aún por recorrer en el camino de la equidad de género, es por ello resalta la importancia de mirar casos de éxito en el mundo en los que la inclusión y la equidad han sido ejemplares. “Noruega y Holanda, por ejemplo, eran países que quedaron pobres después de la guerra. Fueron países que se reconstruyeron, fueron países que armaron un proyecto país, pero sobre todo, en esa misión de proyecto país, que es lo que nos falta a nosotros, establecieron que tenían que generar una sociedad inclusiva, y para eso generaron políticas y acciones, pero a pesar de eso, todavía en Noruega las mujeres no llegan a un 100% de participación, todavía el sueldo tiene una brecha del 20% entre hombres y mujeres (…)

El caso de Noruega es uno de los que se puede tomar como modelo a seguir, comenta que la participación laboral es muy alta, han generado incentivos para eso pero, por ejemplo, el nivel de violencia intrafamiliar es súper alto. “Entonces son temas que son muy profundos en nuestra cultura, yo creo que eso es lo que nos falta, entrar a conversaciones profundas y a acciones que generen cambios culturales en todos los niveles“.

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Lograr una sociedad equitativa no es tarea fácil, pero la ejecutiva de PROhumana considera que se puede lograr con medidas drásticas. “Tenemos que generar políticas súper agresivas para fortalecer a las mujeres, para fortalecer las diferencias de salario, para darle la viabilidad de trabajar tranquila y sacar a esa familia adelante”, puntualizó.

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