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En un nuevo capítulo de Última Mirada, el analista internacional Raúl Sohr habló del desfile del Día de la Victoria en Rusia, llevado a cabo en Moscú el pasado martes 9 de mayo. La conmemoración, que celebra el triunfo sobre la Alemania nazi, contó con estrictas medidas de seguridad y prescindió de la presencia del Ejército Rojo, pues, según explicó Sohr, el reciente ataque de drones dejó “una estela de vulnerabilidad”.

En aquella misma línea, aseguró que, “al parecer, hubo cierto nerviosismo de que Ucrania o alguna fuerza no identificada pudiera aprovechar la presencia de los líderes máximos, con Putin a la cabeza, en la Plaza Roja y un gran número de soldados, y haber lanzado algún ataque”.

Si aquello hubiese tenido lugar, en su opinión, el efecto psicológico de la vulnerabilidad entre el pueblo ruso hubiese escalado hasta multiplicarse.

El rol de Occidente en la guerra Rusia-Ucrania

El periodista posó en el temor colectivo que causó el reciente ataque de drones las altas medidas de seguridad con las que contó la ocasión. “Es el sueño de todo militar que combate en una guerra poder atacar a su enemigo en un desfile o en una gran concentración de tropas. Por lo tanto, para minimizar el riesgo, lo hicieron mucho más corto que otros años”.

En ese sentido, evaluó el discurso llevado a cabo por el mandatario ruso y explicó que, “Putin, por primera vez, reconoce algo de las dificultades y evocando la II Guerra Mundial, plantea que Rusia está luchando por su existencia, porque no sólo enfrenta a Ucrania, sino que a todo Occidente“.

¿Algún atisbo de paz para ambas naciones? Según Sohr, “queda claro que está lejos”. Finalizó su análisis afirmando que “con los discursos en Ucrania y en Rusia, las posiciones se han endurecido y las demandas de ambas partes son cada vez más drásticas”.

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