Por Mónica Rincón
{"multiple":false,"video":{"key":"oVHvmyMj5h","duration":"00:01:29","type":"video","download":""}}

Después de una campaña polarizada con un país partido en dos. Sierra versus Lima, Castillo versus Fujmori. Con todos los fantasmas agitados por uno y otro bando, Pedro Castillo llegó al poder.

Llegó y ya con cuatro meses enfrenta una petición de vacancia. Ese mecanismo previsto para incapacidad grave de gobernante, pero que ya una y otra vez ha sido utilizado por el parlamento para derribar gobiernos.

Lee tambiénAtacante de Michigan será juzgado por terrorismo y homicidio premeditado

En medio de una abrupta baja en su apoyo, con un partido que lo lleva al poder, pero ahora le da la espalda. Castillo ha pasado de ser de un ganador sorpresivo a un presidente en riesgo. O de seguir en el cargo, o de no poder gobernar si permanece en el.

Porque lección que es útil observar como escribiría Carlos Meléndez, no basta con tener representación popular, hay que saber convencer. Porque necesitas de los otros poderes para concretar reformas, reformar que son urgentes en Perú, como en muchas partes de América Latina.

Lee tambiénCEO de Qatar 2022 promete un país “tolerante” a hinchas LGTBIQ, advirtiendo que “las muestras de afecto son mal vistas”

Con una economía en crisis, con enormes deudas sociales, con gabinetes improvisados, con aliados que ahora parecen enemigos, y nuevos casos de corrupción, el futuro se ve oscuro.

Mientras las reformas esperan, mientras los peruanos más necesitados siguen también aguardando. Como alguien dijo, no hay peor error para un país que una crisis desperdiciada, y en Perú eso no es novedad.

Tags:

Deja tu comentario