El exsubsecretario de Redes Asistenciales afirmó en CNN Chile Radio que el uso indebido de licencias médicas le cuesta al país más de US$300 millones al año.
Más de US$300 millones anuales pierde el sistema de salud chileno por el uso fraudulento de licencias médicas, según el exsubsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo.
En entrevista con CNN Chile Radio, la exautoridad advirtió que ese monto equivale a los recursos necesarios para eliminar las listas de espera en un plazo de dos años.
“Se supone que hay aproximadamente 400, 500 millones de dólares que son licencias superfluas, mal extendidas, utilizadas con fines distintos al reposo. Si esos recursos se gastaran en la prestación real, con esos mismos recursos en dos años estaría la lista de espera solucionada”, afirmó Castillo.
Castillo explicó que Fonasa destinó más de US$2.100 millones al pago de licencias médicas en 2024, lo que representa un 1,1% del PIB. El 70% del presupuesto del organismo se dedica a subsidiar incapacidades laborales, lo que, a su juicio, “afecta directamente a los pacientes que esperan atención médica y a un sistema ya colapsado”.
Además del impacto económico, Castillo planteó la urgencia de una reforma estructural al sistema de control de licencias. Propuso tres ejes: modernización de Fonasa y COMPIN, protocolización de los días de reposo según diagnóstico, y el fortalecimiento de la fiscalización.
En ese sentido, sostuvo que la Contraloría debería tener mayores atribuciones para investigar y fiscalizar estos casos. “Me gustaría ver sumarios más simples, de no más de 60 días, que determinen rápidamente si hubo irregularidades. Y proteger a los fiscales que los tramitan, que a veces quedan más dañados que el infractor”, indicó.
Consultado por la responsabilidad del sector médico en estas malas prácticas, Castillo se mostró duro: “Hay médicos que trabajan en el sistema público y conocen perfectamente el daño que provocan estas licencias falsas. Es muy grave que lo hagan igual. A mí eso me produce rabia y estupefacción”.
También valoró propuestas del mundo privado, como crear un órgano independiente y técnico que se encargue del control y financiamiento de las licencias médicas, aunque planteó que deben ser evaluadas con mayor profundidad.
“Lo único que no puede seguir pasando es esto que hemos visto con estupefacción estos días: colegas que, con licencia médica, salen del país de vacaciones. Eso es inaceptable y debe terminar”, cerró.