El rector de la Universidad del Desarrollo (UDD), Federico Valdés, se refirió a la aplicación de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que se llevará a cabo el lunes 6 y el martes 7 de enero, y ante la petición de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) de aplazarla, respondió que “no tiene ni pies ni cabeza, porque ya no hay más tiempo”.
En entrevista con Marca Registrada en CNN Chile, Valdés además se mostró muy crítico de la actual prueba porque “es básicamente una prueba de conocimientos y acentúa la diferencia entre colegios particulares pagados y colegios municipales“.
“La PSU, como está hoy día, no me ha gustado nunca. Yo creo que la Prueba de Aptitud Académica (PAA) era mejor que la PSU porque medía mejor las aptitudes de los estudiantes”, sostuvo, y agregó que “este experimento de la PSU yo creo que fue un fracaso categórico”.
Finalmente, aunque expresó sus deseos de cambiar la medición, también alertó que un cambio profundo tomará entre tres y cinco años, sobre todo pensando en los estudiantes que actualmente cursan la enseñanza media y que ya se están preparando para rendir la PSU.
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Gratuidad: “Política mal diseñada”
El rector reiteró sus críticas a la gratuidad apuntando que “es una política que está muy mal diseñada” y que no cree que debería ser un derecho para todos. Además, aseguró que la gratuidad “está dejando a varias universidades con problemas financieros serios”.
¿La educación debe ser gratis para todos? Valdés respondió a esta pregunta diciendo que “no, por ningún motivo. Pensar que mis hijos pueden estudiar gratis cuando yo puedo pagar por su educación, me parece un absurdo“.
A su juicio, “es más importante dedicar recursos a la educación prebásica, después de eso a la básica, después de eso a la media. Mientras más abajo uno pone los recursos, más le cambia la trayectoria de vida a las personas“.
“Gastemos primero en los que más lo necesitan y a los que la va a impactar más, y esos son los niños de 2 años, 3 años, porque una vez que esa trayectoria empezó en una pendiente baja, no van a llegar nunca a la universidad. Esos niños deberían preocuparnos más que los estudiantes universitarios que, aún con una carga financiera, ya son parte de un grupo privilegiado de la sociedad”, argumentó.
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