Uno de los grandes desafíos de Chile es generar un sistema productivo que asegure el bienestar social y la sostenibilidad medioambiental. En este contexto, la redacción de una nueva Constitución y las elecciones presidenciales representan una oportunidad única para avanzar en la materia.
El libro La lección nórdica: Trayectorias de desarrollo en Noruega, Suecia y Finlandia, escrito por José Miguel Ahumada, Eszter Wirth y Fernando Sossdorf, ofrece un análisis respecto a las decisiones que adoptaron estos países, ejemplos en modelos de desarrollo.
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En entrevista con CNN Chile, Ahumada explicó que esta obra no pretende entregar una ruta detallada respecto a cómo avanzar hacia el desarrollo, sino mostrar que es posible lograr un desarrollo productivo “que vaya de la mano de regímenes democráticos y garantice derechos sociales”.
El doctor en Estudios de Desarrollo de la Universidad de Cambridge sostuvo que Noruega, Suecia y Finlandia “son países con los cuales tradicionalmente nos comparamos y eso no es coincidencia”. “Ellos iniciaron su despegue económico con una matriz productiva relativamente similar a la chilena”.
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“Son naciones que, inicialmente, eran similares a Chile, pero que lograron hacer lo que nuestro país hasta hoy no ha podido realizar, que es cerrar brechas con los países desarrollados y modificar su matriz productiva”, detalló Ahumada, añadiendo que también lograron reducir brechas sociales.
Respecto a cómo estas naciones lograron avanzar, el experto recalcó que un factor clave es que “el rol del Estado fue bastante intenso y activo en la dimensión productiva, la dimensión de financiamiento para el desarrollo y en la creación de conocimientos colectivos vía reformas a la educación”.
El académico de la Universidad de Chile (UCh) afirmó que en el debate sobre el desarrollo económico llevado en el país hay ciertas premisas e hipótesis que han sido “bastante dominantes”. “El primero es que la creación de valor es únicamente una materia de las empresas privadas que compiten”.
“El segundo punto es que el país debe especializarse en aquellas áreas en las que tiene ventajas comparativas, pasivamente aceptando su posición en el mercado internacional. El tercer punto es que el Estado no crea valor, sino que lo redistribuye, y el último punto es que la distribución y el crecimiento serían dicotómicos”.
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