No hay antecedentes de fuego cruzado, se obstaculizó el esclarecimiento de los hechos, se justifica la existencia del delito de homicidio simple consumado. Son tres de las conclusiones de la jueza de garantía esta noche al concluir la formalización de cuatro carabineros del GOPE por el caso Catrillanca.
Una a una, las mentiras de este caso se han ido derrumbando: desde los falsos antecedentes penales de la víctima, hasta la ausencia de imágenes de la cámara de carabineros, el supuesto enfrentamiento, y la tesis del rebote de la bala que mató al joven mapuche.
Todo eso era mentira. Ahora la justicia tendrá que determinar las responsabilidades, pero también seguir indagando en los cabos que aún siguen sueltos en este caso.
El primero es por qué personal altamente especializado decidió acribillar el tractor en que iban dos personas desarmadas, que no constituían ningún peligro, y a bordo de un vehículo en que evidentemente no podían escapar.
El segundo: quién decidió destruir evidencia y quién supo de ello, en una confusa sucesión de hechos con carabineros demorando hasta la madrugada su declaración a la Fiscalía y el Alto Mando difundiendo versiones falsas de los hechos.
El camino de la justicia recién comienza.
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