“Ambicioso, pero factible“, fue uno de los comentarios respecto a la reforma tributaria, entre otros muchos temas, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a propósito de la entrega de su Economic Survey (Estudio Económico), que hoy fue conversado entre el presidente Gabriel Boric y miembros de su gabinete, destacando la presencia del ministro de Hacienda, Mario Marcel, junto al presidente del organismo, Mathias Cormann.
Según recogió Ex Ante, a grandes rasgos el texto ve aspectos positivos, desafíos y preocupaciones frente a la agenda económica y tributaria del Gobierno. Reducción de las proyecciones de crecimiento, el destacado accionar del Banco Central pese a la elevada inflación, así como el impacto de un alza en las cotizaciones previsionales en los empleos formales, se suman al riesgo de “inestabilidad política” luego del triunfo del Rechazo.
“La economía chilena se recuperó rápidamente de la pandemia gracias a un apoyo de políticas excepcionalmente fuerte”, manifiesta el informe, comenzando por revisar la inflación que en 2022 llegaría a 11,1%, apenas por debajo de las estimaciones del Banco Central (12%). “Las autoridades monetarias han actuado de forma oportuna y decisiva para contener la inflación, y el estímulo fiscal se está retirando”, indicaron.
En ese sentido, analizaron, el país ha debido “hacer frente a importantes retos estructurales, como el estancamiento de la productividad y las elevadas desigualdades“. Asimismo, recomendaron “reforzar la competencia, reducir barreras reglamentarias y gastar más en investigación e innovación”.
Uno de los riesgos más destacados: “La incertidumbre en torno al proceso de redacción de una nueva Constitución ha aumentado tras el Rechazo de un borrador en un referéndum nacional en septiembre de 2022″ y un “crecimiento más lento de China“.
Sobre otro punto relevante, la reforma tributaria, indicaron que “aumentar los ingresos públicos en 4 puntos porcentuales del PIB, como lo planean actualmente las autoridades, es ambicioso pero es factible a través de una reforma tributaria integral”.
En cuanto al discutido “impuesto a los súper ricos“, expresaron que “si bien la motivación de corregir las debilidades al gravar adecuadamente los ingresos del capital y del trabajo en el pasado puede tener algún mérito, las dificultades en la valoración de los activos y el riesgo de fuga de capitales pueden limitar los ingresos potenciales de un impuesto sobre el patrimonio“.
En otro tema especialmente delicado, relacionado con impuestos, la OCDE recordó que solo el 25% de los contribuyentes paga un impuesto a la renta personal, lo que quiere decir que existe una “deducción básica” para el 75% de la población que genera ingresos. “En relación con el salario medio, esta deducción básica es la segunda más alta de la OCDE. Alinear solo la deducción básica con la práctica promedio de la OCDE de contribuyentes individuales que comienzan a pagar impuestos sobre la renta personal al 35% del salario promedio, generaría ingresos adicionales potenciales de hasta el 0,8 % del PIB”.
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