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Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en el sustento económico de Carolyn, quien decidió dejar de lado su carrera como ingeniera y transformarse en instructora de pilates.

Llevaba cinco años haciendo clases de manera presencial y personalizada, hasta que llegó la cuarentena. Por esa razón, tuvo que potenciar su Instagram, red social en la que cautiva a sus alumnas con tentadoras promociones. Su negocio incluso traspasó fronteras, ya que se asoció con una instructora de Italia. Según sus alumnas, las clases virtuales llegaron para quedarse.

Por otro lado, Marjorie Vásquez trabajaba como estilista en una peluquería en la comuna de Vitacura, pero desde el principio de la pandemia decidió dejar el trabajo para no contagiar a su familia. Las clientas no demoraron en comenzar a llamarla para pedirle orientación.

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Y así nació la idea de asesorar a sus clientas por videollamadas, además de ofrecerles los productos adecuados para obtener los resultados de una peluquería profesional.

Según la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información, las pymes que digitalicen sus procesos, verán incrementados sus ingresos en un 22%.

Pese a esa prometedora cifra, sólo el 15% de las pequeñas y medianas empresas se han capacitado para transformar sus negocios. Por esta razón, pymes de todo el país pueden participar del proyecto Digitalizados, que impulsará la transformación digital de cien pequeñas y medianas empresas.

Si tienes una pyme y quieres participar, inscríbete aquí.

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