Un crimen que sí se logró resolver: La dramática historia de Diego, el joven de 16 años cuyos restos fueron encontrados en la casa de Gustavo Cerati

Fue pura casualidad, pero el destino lo quería así. Un grupo de obreros trabaja en la que había sido la casa de Gustavo Cerati, exlíder de Soda Stereo, la reconocida banda trasandina que marcó generaciones y que tuvo gran impacto en Chile, cuando un derrumbe dejó entrever un verdadero misterio.

Unos huesos humanos que permanecían en un pozo de un metro y 20 centímetros de largo, 60 centímetros de ancho y 40 centímetros de profundidad. Restos que estaban en una suerte de cajas de madera junto a diversos objetos personales. En total, 151 restos óseos, los que durante meses estuvieron en el anonimato, hasta hoy.

Diego salió y nunca volvió

26 de julio de 1984, Diego -estudiante de 16 años- había almorzado en su casa y rápidamente decidió salir hacia la de un amigo cercano. Salió para nunca más volver.

Sus padres acudieron a un recinto policial a pedir ayuda para dar con su paradero, pero la respuesta que les dieron fue desesperanzadora: “Ya va a volver, se fue con una mina”. Y los policías no hicieron nada. 

Uno de los elementos vitales para identificarlo, aparte de las respectivas pruebas de ADN, fue un reloj Casio que portaba, así como una moneda de 5 yenes japonesa que utilizaba como amuleto.

Medios argentinos dieron cuenta que el informe forense reveló que Diego murió por una herida punzante en la cuarta costilla derecha.

Pero no fue lo único, ya que también se confirmó que hubo intentos de descuartizamiento fallidos con un objeto cortante.

Ahora la tarea es tratar de dar con los responsables, aunque es probable que el delito esté prescrito. El padre de Diego murió sin respuestas, su madre, en tanto, fue informada por sus otros hijos sobre el destino del joven.