En 2007 la fotografía de una niña británica de 3 años, rubia y de unos grandes ojos verdes se hizo conocida por todos los rincones del mundo.
Madeleine McCann desapareció sin dejar rastros el 3 de mayo de 2007 desde uno de los departamentos del resort Ocean Blue ubicado en el balneario Praia de Luz, en Algarve, Portugal, cuando se encontraba de vacaciones junto a sus padres y sus dos hermanos.
En ese momento, nadie sabía que la desaparición de la menor se convertiría en uno de los misterios sin resolver más famosos de la última década.
Es por eso que Netflix, a casi 12 años de el suceso, decidió rearmar la historia en una serie que se hizo a base a distintos testimonios y entrevistas. Desde Gonçalo Amaral, ex inspector de la policía portuguesa que estuvo a cargo de la investigación y fue fuertemente cuestionado tras ser expulsado del caso y escribir un libro sobre esto, hasta los detectives privados que fueron contratados y testigos que conocieron a Madeleine y compartieron con los McCann en Portugal.
En ocho capítulos el documental entrega antecedentes sobre las distintas teorías que manejó la policía en torno a la abducción y se resalta especialmente una de ellas: la niña habría sido víctima de una red de tráfico de personas pero aún estaría viva.
“Tratamos de mostrar todos los datos posibles sobre el caso, que pueden despertar un recuerdo en la memoria de alguien. Mantener la historia en la conciencia de la gente es algo muy importante”, declaró Emma Cooper, productora ejecutiva del documental.
Declaración de los McCann contra la serie
Antes del estreno del documental, Kate y Garry McCann emitieron un comunicado en la página oficial de la búsqueda de su hija FindMadeleine.com.
“Somos conscientes de que Netflix planea proyectar un documental en marzo de 2019 sobre la desaparición de Madeleine. La productora nos dijo que estaban haciendo el documental y nos pidió que participáramos”, comentaron.
A pesar de la petición formal hecha por parte de Netflix, los padres de Madeleine se negaron a ser parte del registro.
“No vimos y aún no vemos cómo este programa ayudará a la búsqueda de Madeleine y, en particular, dado que hay una investigación policial activa, podría obstaculizarla”, aseguraron.
Y agregaron: “En consecuencia, nuestras opiniones y preferencias no se reflejan en el programa“.
Desde ese momento, Gary y Kate comentaron que no darían más declaraciones ni entrevistas sobre el programa.
En un punto de la investigación, los mismos padres de Madeleine fueron considerados “arguidos” por la policía portuguesa, lo que significa que eran sospechosos oficiales. En este caso, se les acusaba de causar una muerte accidental de la menor, sin embargo, tras un largo juicio, fueron absueltos de esa condición.
Por ahora, Madeleine McCann sigue siendo la protagonista del caso policial no resuelto más famoso de la última década.
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