El Museo del Barrio de Manhattan anunció que cancelará la exposición dedicada a la obra de Alejandro Jodorowsky, que estaba fijada para el próximo 28 de febrero, que consideraba la proyección de “El Topo” (1970), una lectura del tarot por el propio Jodorowksy y el estreno de su filme más reciente, “Psicomagia: un arte para sanar”.

“No podemos respaldar las palabras que van en contra de la identidad y el contexto que sirve nuestro museo“, señaló el establecimiento a través de una declaración que envió al sitio ARTnews.

En la publicación además se explica que la decisión se adoptó luego de escuchar los reclamos de activistas que manifestaron sus reparos por la retrospectiva dedicada al artista franco-chileno, quien en los años ’70 declaró que había violado a su coprotagonista de “El Topo”, Mara Lorenzo, en una escena en que se simulaba una violación.

“El Museo del Barrio está constantemente evaluando las formas en las que aportar a la evolución política y social. Esto incluye estar en constante cuestionamiento a nuestra programación. Luego de reflexionar sobre la exhibición de Alejandro Jodorowsky, hemos decidido no hacerla esta vez”, explica el texto.

“Siempre vamos a estar en sintonía con nuestras audiencias y con nuestra misión como institución”, agrega.

Las declaraciones de Jodorowsky fueron realizadas en su libro “El Topo: A Book of the Film”, donde señaló que “cuando quería hacer la escena de la violación, le expliqué (a Mara) que la iba a golpear y la iba a violar. No había un vínculo emocional entre nosotros, porque había puesto una cláusula en los contratos de todas las mujeres declarando que no tendrían que hacer el amor con el director”.

“Nunca nos habíamos hablado. No sabía nada sobre ella. Fuimos al desierto con otras dos personas: el director de fotografía y el técnico. Nadie más. Dije: ‘No voy a ensayar. Sólo habrá una toma porque será imposible de repetir. Rueden las cámaras sólo cuando les diga’, y le dije a ella, ‘el dolor no me duele. Pégame’. Y me golpeó. Y dije ‘Más fuerte’. Y comenzó a pegarme con todas sus fuerzas, lo suficiente para romperme una costilla”, narró.

Según Jodorowsky, los golpes le dolieron durante una semana. Sin embargo, luego “de que me golpeara lo suficiente, y ya se había cansado, dije ‘Ahora es mi turno. Rueden cámara’. Y de verdad… de verdad… la violé… y gritó“.

Sin embargo, años después, Jodorowsky desmintió el asunto al señalar que probablemente había dado esas declaraciones como publicidad por las limitaciones del mercado estadounidense para el cine latino, y que en la escena sí existió una penetración real, pero que fue consentida.

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