El cardenal Francisco Javier Errázuriz aseguró que “es claro que no hubo de mi parte ni delito, ni crimen, ni encubrimiento alguno”.
A través de una carta enviada a los integrantes del clero el pasado 10 de mayo y publicada por Associated Press, el cardenal se defendió de las acusaciones de encubrimiento por los abusos de Fernando Karadima.
“Se acusaba a un sacerdote de gran convocatoria pastoral, cuya predicación había enriquecido a más de 30 jóvenes que habían sido ordenados sacerdotes, y a cuatro sacerdotes que habían sido consagrados obispos (…) además se acusaba a un sacerdote que inspiraba una asociación formada por jóvenes y presbíteros que propagaban su fama”, señaló.
Defendió, además, que al esperar cinco años para iniciar el proceso contra Karadima se atuvo a la ley canónica.
“La distancia ocasionó en las víctimas un dolor inmerecido que no tuve la intención de causar”, manifestó.
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