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Este brebaje, que contiene altas dosis de cafeína, podría causar estragos irreparables en el cuerpo humano. Según especialistas, aumentan las probabilidades de padecer un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

El medio BoredPanda, compartió un caso real, el de Austin White.

Su esposa Brianna Jo, contó a través de Facebook lo que vivieron su marido y ella para que otras personas sepan el peligro que corren por beber energéticas en exceso.

“Austin bebía muchas bebidas energéticas para soportar un ritmo de trabajo frenético, sin imaginar que acabaría en el hospital”, cuenta Brianna.

“Recuerdo a mi suegra despertándome y diciéndome que Austin había tenido un accidente. Solo sabía que mi marido estaba en el hospital, pero lo peor es que no sabía por qué.

Tras conducir 2 horas hasta el hospital, supe que mi marido, el padre de mi hijo, la persona que amo, había sufrido una hemorragia cerebral. Los doctores dictaminaron (tras hacerle varias pruebas) que el causante fue el reciente consumo excesivo de bebidas energéticas (un hábito que adquirió cuando empezó a trabajar en turnos más largos y tener que ir más lejos a trabajar).

Ya estaba en cirugía… tras esperar 5 horas, pudimos verle. Mientras todos se fijaban en su cara casi irreconocible, enganchado a tubos y máquinas, yo solo vi a sus padres. Vi la luz abandonar los ojos de su madre cuando vio a su hijo ahí tumbado. Vi a su padre romper a llorar mientras abrazaba a su esposa. No sabían si su hijo se despertaría.

Tras una hemorragia cerebral y varias operaciones, Austin quedó con un hueco irreparable en su cráneo, y su esposa a punto de dar a luz.

Al día siguiente le volvieron a operar. Tras esto hubo ataques, convulsiones, hinchazón y otras cosas para las que no estábamos preparados.

Hubo un momento, cuando estaba sentada junto a su cama rezando para que estuviera bien, que supe que no me rendiría. Nuestra vida se volvería un desastre, pero iba a estar a su lado a pesar de todo.

Tras 2 semanas de vivir en el hospital sin saber si sobreviviría, volvimos a casa. Había llegado mi hora de dar a luz.”

“No voy a mentir, fue muy duro. Había planeado que Austin formara parte de este momento, que estuviera a mi lado dando la mano y cortando el cordón, para dar la bienvenida a nuestro hijo. Sin él, no estaba bien…

Pero ocurrió un milagro cuando di a luz. Austin despertó. Pasé una semana sin verlo, pero pensaba en él cada día. Lloraba cuando miraba a mi hijo, que se parecía a su padre.

Cuando el bebé solo tenía una semana, lo dejé con mis suegros. Necesitaba ver a Austin y decirle que había llegado el bebé. Que lo necesitábamos.”

“Pasaron las semanas. Fuimos tras de él por todo el estado mientras le operaban y practicaban procedimientos en él. Lo veía cuando tenía oportunidad.

Cuando tenía poco más de 2 meses, nuestro hijo al fin conoció a su padre. No sabía si llegaría ese día, pero al fin volví a ser feliz.

Brianna ahora pasa cada día cuidando no solo de su bebé, si no también de su marido que se ha convertido en discapacitado permanentemente, algo que ella acepta con fuerza y entereza.

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