Michel De L'Herbe, experto en gestión de emergencias, habló en CNN Tiempo sobre los desafíos que enfrenta Chile en los planes de evacuación tras el reciente terremoto ocurrido en el extremo sur del país.
Michel De L’Herbe, experto en gestión de emergencias, profundizó en CNN Tiempo sobre el terremoto de magnitud 7, 8 que ocurrió en el extremo sur, a 218 kilómetros al suroeste de la ciudad de Puerto Williams.
Consultado por José Miguel Mardones sobre cómo ha observado la gestión de emergencia, el experto planteó que han existido algunos problemas de diseño, que “nos podrían pasar un poquito la cuenta en algún momento”. En esa línea, señaló: “Quizás señalar en este momento, que a esta hora ya llevamos más de 20 réplicas”.
Sobre la reacción de la población, destacó el caso de Punta Arenas, ya que “ellos no percibieron el sismo, y por lo tanto, que hagan una evacuación sobre algo que no perciben, pero que sí reciben una alerta, es algo que también es destacable desde el punto de vista de la comunidad”.
Por otro lado, subrayó que ocurre una problemática que se sigue repitiendo, al igual que en la temporada de incendios forestales: “Nuestras alertas SAE no señalan hacia dónde hay que hacer evacuación, y eso tiene mucho que ver con el centralismo también, porque básicamente la información de hacia dónde evacuar y dónde hay que llegar es un manejo que es en el nivel local. Y, por lo tanto, hay cosas que seguir mejorando y no solamente quedarnos en un mensaje al celular, que dependiendo de las circunstancias, esos mensajes al celular en un momento dado puede que no lleguen por diversas razones”.
En esta emergencia, las personas pudieron volver a sus viviendas, pero en caso de una evacuación prolongada, debiesen existir lugares seguros con zonas calefaccionadas, que permitan albergar a una gran cantidad de personas y brindarles cobijo frente a las inclemencias meteorológicas.
“Cuando vemos la gente haciendo evacuación y que llega al punto, vemos que la gente se mira las caras, está mirándose alrededor, está detenida, está parada en un lugar. Pero bueno, ese lugar debería estar habilitado con ciertas cosas. Por ejemplo, un puesto de primeros auxilios, un adulto mayor que llega con la presión alta, que es hipertenso, que es diabético, que tiene problemas de movilidad, etcétera. Bueno, debe ser atendido. Debería haber un puesto de primeros auxilios, debería haber atención, por ejemplo, básica en términos logísticos”, complementó.
Por tanto, planteó que se ha “confundido lo que es una alerta al celular con un sistema de alerta y de evacuación que debe funcionar en estos casos”.
¿Se ha avanzado en la gestión?
Desde la perspectiva de De L’Herbe, sí se ha avanzado, pero “la autocomplacencia es nuestro peor enemigo y, a partir de lo que estamos señalando aquí, no hay que reinventar la rueda”.
Por ejemplo, describió que cuando estudió en los noventa en Japón, una de las cosas que ya había, producto de la experiencia del terremoto de Kobe, es que los parques empezaron a habilitarse como zonas de evacuación. ¿Qué significa eso? “Que tú ibas a los parques y encontrabas logística, infraestructura, equipamiento; incluso encontrabas equipos electrógenos que estaban en un espacio donde la comunidad organizada llegaba y podía hacer uso de esa logística para organizadamente establecer e instalar su zona de evacuación”.
“Tenemos que ser cuidadosos con la autocomplacencia porque seguimos teniendo debilidades que en el mundo, desde el punto de vista del diseño y de la implementación, han sido abordadas hace muchísimo tiempo. Y yo diría, yo repetiría una palabra tuya que tú señalas: refugio. Nosotros solemos pensar en casas de emergencia, la mediagua. No. Lo que uno tiene que establecer es refugio de emergencia, y en las evacuaciones, las zonas de evacuación deberían tener una operación de despliegue de logística”, concluyó.