AGENCIA UNO

Una segunda persona acudirá esta semana ante la abogada a cargo de la investigación canónica, María Elena Santibáñez, para denunciar al sacerdote jesuita Felipe Berríos de abuso sexual.

En entrevista con Chilevisión, la Fundación para la Confianza, entidad encargada de recibir los testimonios, reveló que, desde la primera acusación en contra del fundador de Un techo para Chile, han recibido más de 10 denuncias por hechos de connotación sexual.

Juan Pablo Hermosilla, abogado de la fundación, dijo al medio citado: “Hasta el momento, yo diría que (los hechos habrían sucedido) en todos los contextos que él trabajaba”.

Respecto a la primera denuncia, Hermosilla sostuvo que Berríos, “en su calidad de sacerdote, él aprovecha esa simetría de poder que hay en ese momento con esta chica (…) Lo que ella describe son tocamientos y son cuestiones propias del delito de abuso sexual”.

“Ella es católica, profundamente católica, profundamente creyente. Entonces, ella le quiere dar la oportunidad a la Iglesia de investigar en forma profunda y transparente”, agregó.

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Marcela Aranda, víctima de abuso de Renato Poblete y quien conoció a la denunciante de Felipe Berríos, dijo al medio citado que “en primer lugar, no es solo relato, sino que ella es una persona muy buena y seria y yo le creo a ella que aquí ha habido abusos por parte del sacerdote jesuita Felipe Berríos”.

Yo lo que percibí fue el dolor en ella. Eso se que reflejaba en su rostro, esta angustia de haber vivido esta experiencia tan traumática (…) A mí me pareció, al final de cuenta, de que su relato es completamente creíble”, añadió.

La persona corresponde a una mujer que hoy es mayor de edad y los hechos habrían ocurrido cuando tenía 14 años.

“Hay similitudes (entre mi caso y el de la denunciante). Por supuesto que hay similitudes, sobre todo en la gravedad de los hechos (…) por eso, yo admiro la valentía de la denunciante”, indicó Aranda.

En ese sentido, sostuvo que la denunciante le expresó que la acusación “lo hacía con temor (…) Siente temor de enfrentarse a una figura tan importante, como me pasó con el también jesuita Renato Poblete”.

“Ella ha tenido depresiones, angustia, de tal manera que hace mucho tiempo -muy tempranamente en su juventud- ha tenido que recurrir a terapias sin saber cuál era la causa de lo que le estaba ocurriendo. Eso hizo que por muchos años ella no recordara lo que le estaba ocurriendo”, agregó.

No obstante, continuó Aranda, “a pesar de su dolor, ella está muy esperanzada en que esta investigación canónica se va a llevar a cabo de manera eficiente y que también van a aparecer nuevas víctimas”.

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