A raíz de los polémicos incidentes en los que se han visto involucrados dos abogados en los últimos días, el presidente del Colegio de Abogados, Arturo Alessandri Cohn,  manifestó su descontento al respecto en una entrevista a La Tercera.

Los casos cuestionados son los de Matías Pérez Cruz, presidente de Gasco que expulsó a tres mujeres desde las orillas de Lago Ranco, acusando que estaban en su terreno; y Cristián Rosselot, quien fue denunciado tras agredir verbal y físicamente a trabajadores de un supermercado de Pirque.

Sobre ambos casos, Alessandro Cohn -bisnieto del ex presidente Arturo Alessandri Palma-, señaló que “es algo que va en contra de un comportamiento ético, porque como abogados nos debemos a nuestros clientes y no está bien andar amenazando con demandas”.

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“Es un tema cultural, en el sentido de que las personas que tienen un título de abogado se suponen que están preparadas para iniciar acciones una vez que exista algún motivo. Pero tirar el título por la cabeza es algo digno de arrogancia, porque supone que los tribunales le van a encontrar la razón, y nunca podemos garantizar el resultado”, agregó el timonel del gremio.

Aunque califica lo sucedido con Pérez Cruz como “un incidente menor y personal”, Alessandri asume que “como presidente del Colegio de Abogados me preocupa el hecho de que las personas invoquen su calidad de abogado para afirmar determinadas cosas o de alguna manera imponer su posición (…) Estar públicamente esgrimiendo la condición de abogado no me parece”.

Al ser consultado sobre si podrían arriesgar sanciones, en caso de ser colegiados, el presidente del gremio lo descarta: “El sistema de denuncias está establecido principalmente a la relación entre el cliente y el abogado. En esos dos casos no existe esa relación”.

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“La preocupación nuestra va más bien por el trato que podría tener un cliente. Lo otro escapararía a nuestra esfera. Es más bien un caso para un tribunal de policía local. Estamos hablando de faltas y no de delitos. Aparece en las redes sociales como algo muy reprobable y negativo, pero no es un atentado en contra de la ética”, explica.

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