Los padres de la joven argumentaron que solo en 2019 —tras una investigación de la Superintendencia de Educación— tuvieron acceso a antecedentes clave que revelaban graves omisiones del colegio, como la supresión de correos y ocultamiento de reuniones de la joven con la consejera escolar.
A siete años del fallecimiento de la joven Katherine Winter, conocida como Katy Winter, la justicia determinó, durante la jornada de ayer, que el Colegio Nido de Águilas, donde estudiaba, sí tuvo responsabilidad en el contexto que llevó a su muerte.
Sin embargo, el tribunal de primera instancia no acogió la demanda de indemnización presentada por la familia, argumentando que fue interpuesta fuera del plazo legal.
El fallo, emitido por el 16.º Juzgado Civil de Santiago, establece que el exclusivo establecimiento educacional no tomó medidas efectivas frente al acoso escolar que la adolescente de 16 años habría sufrido antes de quitarse la vida en 2018.
A pesar de esa conclusión, la demanda civil por $350 millones fue declarada prescrita, ya que fue presentada más de cinco años después del fallecimiento.
No conformes con el resultado, los padres de la joven decidieron recurrir a la Corte de Apelaciones de Santiago, solicitando que se revoque la decisión respecto a la prescripción y que se evalúe nuevamente la responsabilidad del colegio, esta vez con consecuencias económicas.
Según consignó La Tercera, en el escrito presentado ante el tribunal de alzada, los abogados de la familia argumentan que el plazo para presentar una demanda no debe contarse desde la fecha de muerte de la joven, sino desde el momento en que sus padres tuvieron acceso a información que demostraba omisiones graves por parte del establecimiento.
Esa información, según la apelación, emergió recién en enero de 2019, cuando la Superintendencia de Educación sancionó al colegio tras una investigación que reveló múltiples fallas en la gestión de denuncias de bullying y el manejo del caso.
Entre los antecedentes revelados, se incluyó la supuesta existencia de un cuento de carácter suicida escrito por la estudiante, del que el colegio tenía conocimiento y no comunicó a los padres.
También se identificaron reuniones entre la joven y personal del colegio, como la consejera escolar, de las que no quedó constancia formal ni fueron informadas a la familia.
La familia asegura que tras el suicidio de su hija, ocurrido en una cafetería de la comuna de Providencia, el colegio no les proporcionó documentos ni objetos personales, incluyendo pertenencias que estaban en su casillero.
A ello se suma la eliminación, apenas días después de su muerte, del correo institucional de la estudiante, que contenía trabajos, comunicaciones y registros relevantes.
Los abogados sostienen que estos hechos impidieron a los padres conocer oportunamente la magnitud de los fallos cometidos por el colegio, y, por tanto, el plazo para demandar debiera contarse desde la fecha en que accedieron a esa información oficial, no desde el día del fallecimiento.
A través de un comunicado, el Colegio Nido de Águilas rechazó el fallo que establece su responsabilidad y anunció que presentará los recursos legales necesarios, tanto ante la Corte de Apelaciones como ante la Corte Suprema, si así se requiere, subrayando que no comparten las conclusiones.
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