La institución llamó a las personas a no comprar ni utilizar este tipo de productos.
El Instituto de Salud Pública (ISP) informó que detectó la comercialización en Chile de productos autobronceantes de uso oral, conocidos como “tanning pills” o “pastillas bronceadoras”, que no tienen autorización sanitaria.
Los autobronceantes, que son vendidos en comprimidos o gotas orales, prometen proporcionar un tono de piel más oscuro sin la necesidad de exponerse directamente al sol.
Sin embargo, “la evidencia científica disponible sobre su mecanismo de acción y su seguridad en humanos es limitada, asociándose a ciertos riesgos para la salud, principalmente cuando se usan en altas dosis y por un periodo de tiempo prolongado”, señaló la institución.
En algunos se ha identificado que en su composición declaran “contener pigmentos como betacaroteno, licopeno, luteína y, en algunos casos, canthaxantina”.
Por ello, llamó a las personas a no utilizar este tipo de producto.
Riesgos de autobronceantes orales
El ISP entregó un listado sobre los riesgos asociados al uso de autobronceantes orales:
- Daño ocular: La canthaxantina puede depositarse en la retina, formando cristales oculares que afectan la visión (visión borrosa, ceguera nocturna e incluso pérdida permanente de la visión)
- Toxicidad hepática: Algunos colorantes o pigmentos pueden generar estrés hepático si se consumen en grandes cantidades, especialmente en personas con condiciones predisponentes
- Reacciones digestivas o alérgicas: Náuseas, diarrea o dolor abdominal
- Alteraciones a la piel: El uso excesivo de vitamina A o betacaroteno puede causar piel amarillenta (hipercarotenemia)
- Falsa sensación de protección solar: El color adquirido no protege frente a los rayos UV, por lo que el riesgo de quemaduras o cáncer de piel persiste.
La institución, además, remarcó que la protección efectiva ante los rayos UV “solo se obtiene mediante el uso adecuado de protectores solares, ropa y accesorios”.
Este tipo de productos no tienen control sanitario, “por lo que su composición puede variar o contener impurezas, y carecer de evidencia científica confiable. También, hay que considerar que sus componentes pueden interactuar con algunos medicamentos y representar un mayor riesgo para personas con enfermedades hepáticas, niños, mujeres embarazadas o en lactancia”.
De esa manera, comprar autobronceantes orales que no tienen regulación podría implicar riesgos, debido a que no se garantiza su calidad, pureza ni seguridad. Esto es “especialmente relevante en el caso de compras por Internet en sitios que no estén vinculados oficialmente a una farmacia”.