{"multiple":false,"video":[]}

A las 18 horas de este miércoles 25 de julio está programada la 6° Marcha por el “Aborto Libre, Gratuito y Seguro”, organizado por la Coordinadora Feministas en la Lucha, la cual se llevará a cabo en más de 20 ciudades a lo largo del país.

Para la ocasión, las principales organizaciones feministas chilenas están impulsando el uso del pañuelo verde, el accesorio que en Argentina se volvió un símbolo de la lucha de género y que se hizo familiar en el resto de América Latina durante el debate por el proyecto de ley de despenalización del aborto.

Te puede interesar: La historia detrás del pañuelo verde, el nuevo símbolo feminista que llegó a Chile

Bajo el lema #NoBastan3Causales, varias activistas chilenas han aparecido con el pañuelo, entre ellas la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, quien aseguró en sus redes sociales que se hará presente en la manifestación que en Santiago tiene su punto de inicio en la Plaza Baquedano.

Sin embargo, hace exactos 5 años atrás, la historia era distinta.

La iglesia ocupada

El 25 de julio de 2013 se llevó a cabo la primera manifestación por el aborto libre en Chile desde el retorno de la democracia. Con el mismo lema de “aborto gratuito, seguro y legal”, y pese a no estar autorizada, cerca de 10 mil personas se movilizaron desde Plaza Baquedano bajo una estricta vigilancia policial.

Pese a que lograron que se habilitó la calzada norte de la Alameda para que circularan, el punto de cierre de la marcha no quedó definido. Cuando las manifestantes llegaron a la altura de Paseo Ahumada, un cerco policial de Fuerzas Especiales impidió su paso hasta La Moneda.

“Al ver que la marcha no se disolvía y que la gente no se movía, las mujeres que encabezaban la movilización doblaron por Paseo Ahumada y caminaron hacia Plaza de Armas”, explicó la vocera de la convocatoria Julia Rojas a un reportaje de El Desconcierto que recuerda lo que fue la primera marcha masiva pro aborto.

“¡A la Catedral, a la Catedral!”, comenzaron a gritar los participantes. En seguida, empezaron a enfilar en dirección norte.

Las activistas llegaron hasta el kilómetro 0 de la capital. En ese momento, en la Catedral se celebraba una misa a San Santiago, patrón de la ciudad, oficiada por el arzobispo Ricardo Ezzati -hoy profundamente cuestionado por los abusos sexuales en la Iglesia Católica- y con la alcaldesa Carolina Tohá presente en el lugar.

De manera espontánea, 300 personas entraron en el templo, lo que sumado a los 200 fieles que estaban dentro provocaron no sólo que la iglesia se desbordara, sino que se llevaran a cabo acaloradas discusiones y encontrones entre religiosos y feministas.

La ocupación duró unos 20 minutos hasta que ingresó Carabineros y dispersó a la gente. Hubo algunos rayados en los muros, un confesionario caído y la iglesia quedó cerrada por varios días “por blasfemia, además de agregarle cercas que siguen hasta el día de hoy. Fuera de eso, fue una protesta pacífica.

Beatriz de Jesús

Beatriz de Jesús Sánchez Muñoz era reconocida por ser una destacada periodista que, por ese entonces, se desempeñaba como conductora de Hora 20, el extinto noticiero de La Red que conducía junto a Patricio Muñoz. Ni cerca aún de ser una de las líderes de una coalición de izquierda como lo es hoy.

Al día siguiente, la ocupación de la Catedral de Santiago causó revuelo nacional y un amplio debate en la opinión pública. La alcaldesa de la comuna, Carolina Tohá, reprochó las acciones y afirmó que “fue un hecho agresivo, una profunda falta de respeto hacia las personas que estaban allí”.

Por su parte, la prensa tomó partido por la Iglesia Católica y condenaron al movimiento, restando importancia a sus demandas y criminalizando el accionar. Incluso de parte de figuras progresistas. Por un lado, Patricio Fernández Chadwick -director de The Clinic- dijo que se les había pasado la mano a las manifestantes. Por otro, la periodista Beatriz Sánchez utilizó su tribuna para referirse a la controversia.

Así, los conductores de Hora 20 catalogaron el hecho como “una falta de respeto total” y, ante los dichos de Ezzati, quien consultado por su opinión de la protesta señaló “perdónalos porque no saben lo que hacen”, Sánchez disparó:

“Estas personas sí sabían exactamente a lo que iban, y tiene que ver con una reacción en contra de la Iglesia Católica a la que culpan por no abrir a una discusión de si despenalizamos o no el aborto. Yo creo que una marcha como esa, que trata de instalar un tema de debate, pierde todo el objetivo cuando todo se focaliza en esto, que es la violencia, que no tiene ningún tipo de justificación“.

Si bien la conductora se mostró a favor al menos de dar el debate sobre el aborto en el Congreso -en esa época aún no era legal el aborto en tres causales, legislación que se aprobó en 2017-, su énfasis estuvo en criticar la forma en que se llevó a cabo ese reclamo:

Si yo estoy en contra de la violencia, ¿voy a ir violentamente contra el que está a favor de la violencia? Es una forma ridícula de ponerlo, pero es un poco lo mismo. Aquí no hay empate. Si uno quiere abrir la discusión a todo nivel, la abre a todo nivel, no se va en contra del que critica de esta manera. Uno lo hace con palabras, en una discusión, en un debate“.

Mira las palabras de Beatriz Sánchez acá:

Tags:

Deja tu comentario