Un testimonio clave, entregado por uno de los implicados, permite reconstruir con detalle cómo se planificó y ejecutó el crimen por encargo, supuestamente vinculado a redes de crimen organizado transnacional.
Un testimonio clave entregado a Carabineros permite reconstruir, paso a paso, cómo se gestó el homicidio de José Felipe Reyes Ossa, comerciante del Barrio Meiggs, asesinado en la vía pública el pasado 19 de junio en a comuna de Ñuñoa.
El crimen del “Rey de Meiggs” ha generado conmoción pública por su brutalidad y por los posibles vínculos con crimen organizado transnacional y el Tren de Aragua.
Además, el caso reveló graves fallas en el sistema judicial y penitenciario, luego de que uno de los involucrados, Mejía, fuera liberado por error y escapara del país pocos días después.
La declaración, revelada por Informe Especial, fue realizada por Yonder Emilio Blanco Véliz, ciudadano venezolano de 24 años, actualmente imputado por su participación en el crimen.
Según relató Blanco a la unidad O.S.9, todo comenzó con una oferta que, en sus palabras, parecía simple: “un trabajo para ganar una plata fácil”.
Fue así como se involucró con Neomar Arismendi Duarte —hoy en prisión preventiva— y Alberto Carlos Mejía Hernández, actualmente prófugo, tras haber sido liberado por error.
El relato confirma que el asesinato fue cometido por encargo, y que tanto la víctima como el plan fueron definidos con anticipación.
Blanco detalló cómo se reunió con sus cómplices y con otro sujeto —aún no identificado— que les entregó armas y coordinó la ejecución del crimen.
“Nos comentó que teníamos que ir a buscar un dinero a Ñuñoa, exhibiéndonos una fotografía del tipo que nos entregaría la plata. Mencionó que era chileno, gordo, de unos 40 años”, sostuvo Blanco.
Además, reveló que la paga sería de $30 millones, la que se dividiría entre cinco personas.
Según su testimonio, los involucrados pasaron dos horas vigilando el domicilio de Reyes en Ñuñoa, antes de interceptarlo.
“Al verlo salir junto a otra persona más corrí hacia él en compañía de Mejía, fue mientras que lo seguí, este se cayó al suelo, instancia en que lo agarré y le di un golpe con la pistola. Le iba a quitar la billetera, pero fue en ese momento que Neomar se acercó en el auto, forcejeando con él para poder pararlo y así quitarle la billetera. En ese momento pude subirme al carro, instancia que Mejía le disparó en la pierna, (…) disparándole en tres ocasiones más, saliendo rápidamente”, relató el imputado.
Blanco también reconoció que, tras el ataque, huyeron a Estación Central, abandonaron el vehículo y esa misma tarde fueron a cobrar parte del pago.
El día siguiente, viajaron juntos a Osorno hasta que “bajara la marea”, según explicó, y regresaron a Santiago a comienzos de julio.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que fueran ubicados y detenidos por Carabineros.
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