Mansuy por pensiones: “Es una proeza haber llegado a un acuerdo, lo que no significa que estén todos los detalles bien”

Vuelvo a Chile y hablo del acuerdo, o del previo acuerdo, o del pronto acuerdo para reformar el sistema de pensiones. Me interesa destacar lo siguiente: reformar el sistema de pensiones en una democracia moderna o contemporánea es una proeza.

¿Por qué? Porque hay infinitos intereses en juego, innumerables factores que se cruzan. Está, por ejemplo, el desafío de aumentar el ahorro, lo que implica, en términos simples, meterle la mano al bolsillo a las personas. También están las cuestiones de justicia intergeneracional, que son muy, muy complejas: ¿quién financia a quién?

Por eso, en cualquier democracia del mundo cuesta muchísimo llegar a un acuerdo. El caso de Francia en los últimos años es paradigmático, aunque está lejos de ser el único.

En ese contexto, creo que este pronto acuerdo es una proeza. En un sistema político fragmentado, con todas las dificultades que eso conlleva, y con el consenso de que necesitamos generar más ahorro —un diagnóstico ampliamente compartido—, alcanzar un acuerdo es, en sí mismo, un logro político notable. Esto no significa que todos los detalles sean perfectos, pero el hecho de que se haya llegado a un entendimiento ya es una proeza.

Ahora bien, para que este esfuerzo tenga éxito, hay que cumplir con ciertas condiciones en el futuro:

• Crecimiento económico. Sin crecimiento económico, será imposible soportar el aumento de cotizaciones. La productividad y la expansión de la economía son fundamentales.
• Tasa de natalidad. Hay que abordar el problema de la baja natalidad. Cualquier sistema de pensiones se ve inevitablemente afectado por este factor.
• Formalidad laboral. Es imprescindible fomentar la formalidad laboral. Si no combatimos la informalidad, esta reforma no funcionará.

Tengo la esperanza de que, si este acuerdo llega a puerto y estas tres condiciones se cumplen, puede ser una buena noticia para Chile.