Por Paulina Vodanovic

¿Ustedes están en contra la libertad? Así contestó, en un tono muy poco amigable, el doctor Paris a un periodista que osó cuestionarlo.

La libertad es una facultad natural de las personas, de obrar o no hacerlo, haciéndose responsable de ello.
 Pero también se puede definir como una licencia y falta de sujeción o subordinación. 


La línea entre ambas es tenue. Y de ahí la complejidad de lo que ocurre con el pase de movilidad (¿o de libertad?), autorizado para los vacunados con ambas dosis, que no ha dejado a nadie indiferente.
 El gobierno con una muy poco clara información lo instala y llama a que sea usado responsablemente, “sin chipe libre”. 


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El Colegio Médico en conjunto con nueve sociedades científicas criticaron el momento: camas UCI al tope, alta positividad, mala comunicación de riesgo.

El Ministro de Salud –devenido en opinólogo de matinal- desautoriza a la institución que antes presidió y señala frases que la postre serán tristemente para el bronce. “No es culpa del gobierno que el virus ande circulando”.

El gobierno defiende y justifica lo injustificable y ya sabemos que la mesa social COVID que tantas veces sirvió de parapeto, no tiene actas, ni ningún orden en su funcionamiento y que no hay disponibles documentos que permitan la trazabilidad (usando los conceptos actuales) de las decisiones.

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No hay cómo conocer los parámetros o las razones científicas que nos han mantenido con las cuarentenas dinámicas, que poco han servido sin los apoyos económicos suficientes y sostenidos (como insistentemente se le ha dicho al gobierno).

Por eso se interroga al Ministro acerca de cuáles son los criterios para que en este momento, con 8 mil contagiados diarios, se autorice la circulación que nos ha sido vedada por tanto tiempo, ni mucho menos qué justifica la medida de toque de queda (que no hay capacidad de fiscalizar), y que nos mantiene con reclusión nocturna hace más de un año.

El Ministro de Economía, como un guiño al empresariado, o tal vez un arranque de su subconsciente, habló de reactivación para referirse al certificado de movilidad. Y de los “beneficios” que tendrían los inmunizados como si se tratara de millas o puntos acumulados por compras.


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¿Es pensar mal que ése es el motivo? 
¿Qué nuevamente (como lo fue la proximidad del Día de la Madre) las razones económicas priman por sobre las sanitarias? ¿O será tal vez la idea de la libertad, tan bien  instalada por Díaz Ayuso en Madrid, con gran rédito electoral, lo que motiva al gobierno a “liberarnos” justo ahora? No tenemos pruebas, pero tampoco dudas.

Por cierto, sin hacer una campaña comunicacional adecuada, que reitere el auto cuidado y que la vacunación no impide enfermarse y contagiar; puede ser sabido y obvio, pero resulta indispensable educar para la libertad.


Frente a la falta de transparencia, a la mala gestión comunicacional, a la actitud siempre a la defensiva del antes cordial Dr. Paris quedan muchas interrogantes.
 Libertad como libre albedrío responsable o como ejercicio individualista. 
Las cifras- que en realidad son personas,  enfermos y fallecidos- de los próximos días lo dirán. 
La respuesta seguro la tendrá que dar la subsecretaria Daza.

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