Un estudio mostró una sedación significativa en personas que lo usaron en las dosis recomendadas para el montañismo. Incluso una sedación leve es perjudicial en el entorno potencialmente peligroso del montañismo a gran altitud. La federación también señaló que la sustancia está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) desde 2014.
(CNN) — Todo empezó en el pub, tomando unas cervezas. Cuatro amigos exmilitares hablaban de emprender un viaje de aventura para recaudar fondos para una organización benéfica de veteranos, cuando uno de ellos mencionó la posibilidad de escalar el Everest.
Todos estamos muy ocupados. Mi respuesta fue: “De ninguna manera puedo pasar de cuatro a seis, quizás incluso ocho semanas escalando el Everest; es casi imposible”, declaró a CNN Al Carns, un legislador británico.
Pero uno de sus amigos tenía un desafío contrario: había oído hablar de una forma novedosa de alterar el proceso de aclimatación que podría permitirles alcanzar la cima de 8.849 metros (29.032 pies) en menos de una semana, inhalando un gas noble llamado xenón antes de la expedición.
Este mes, los hombres —un piloto, un político, un empresario y un emprendedor— intentarán llegar a la cima del Everest en siete días: volarán desde el Reino Unido a Katmandú, donde tomarán un helicóptero hasta el campamento base e intentarán llegar a la cima de la montaña en unos pocos días, antes de regresar a casa en lo que sería un hito histórico.
Esperan que esto sea posible gracias a la inhalación de gas noble xenón 10 días antes, como parte de un viaje con Furtenbach Adventures.
“Antes de poder escalar el Monte Everest, necesitas adaptar tu cuerpo a los bajos niveles de oxígeno”, dijo Lukas Furtenbach, director ejecutivo de Furtenbach Adventures, a CNN Travel.

Los hombres inhalarán gas xenón antes de su expedición con la esperanza de que les ayude a aclimatarse. Cortesía de Furtenbach Adventures
“Puedes hacerlo de forma tradicional: caminando hasta el campamento base y luego dando varias vueltas en la montaña. Después de semanas de aclimatación, tu cuerpo estará listo para generar suficientes glóbulos rojos y podrás intentar llegar a la cima”, añadió.
Furtenbach comentó que había hablado largamente con un médico experto en gases nobles, incluido el xenón, que a veces se utiliza como anestésico.
Furtenbach estaba convencido de su capacidad para aumentar la producción corporal de eritropoyetina, también conocida como EPO, una hormona producida naturalmente por los riñones humanos para estimular la producción de glóbulos rojos.
“Uno de los efectos secundarios del uso de xenón es que desencadena la producción de EPO en el cuerpo, y eso produce un aumento de glóbulos rojos en la sangre; es el mismo efecto que se produce al aclimatarse a una altitud real”, acotó.
Furtenbach declaró a CNN que experimentó por primera vez los efectos del gas en sí mismo al escalar el Aconcagua, de 6.961 metros, en Argentina, y un año después lo llevó al Everest para una prueba con un equipo más numeroso. Al momento de hablar con CNN, había usado xenón cinco veces.
Preocupación médica
Las muertes en el Everest pueden deberse a varios factores. Los montañistas que se aventuran a superar los 8.000 metros (o 26.000 pies), en lo que se conoce como la “zona de la muerte” del Everest, se enfrentan a bajos niveles de oxígeno.
“Se produce una falta de oxígeno y esto afecta a todo el cuerpo, particularmente al cerebro y a los pulmones”, declaró a CNN Andrew Peacock, profesor emérito de medicina en la Escuela de Salud Cardiovascular y Metabólica de la Universidad de Glasgow.
Esto, explicó, puede provocar edema cerebral (hinchazón del cerebro), edema pulmonar (acumulación de líquido en los pulmones), además de afectar los riñones, el hígado y los músculos.
Además del agotamiento y la deshidratación, los montañistas también pueden correr riesgo de avalanchas, hipotermia y caídas.
El plan de Furtenbach de usar xenón en expediciones a gran altitud ha generado inquietud en algunas organizaciones, incluso en la Federación Internacional de Escalada y Montañismo (UIAA), que publicó una declaración en la que decía: “No hay evidencia de que inhalar xenón mejore el rendimiento en las montañas, y su uso inapropiado puede ser peligroso”.
Aunque una sola inhalación de xenón puede aumentar considerablemente la liberación de eritropoyetina, este aumento no se mantiene durante cuatro semanas de uso ni se asocia con cambios en los glóbulos rojos. Según la literatura, los efectos sobre el rendimiento no están claros y probablemente sean inexistentes.
La UIAA advirtió que, como anestésico, el xenón debe considerarse un medicamento y podría provocar “alteración de la función cerebral, compromiso respiratorio e incluso la muerte” si se utiliza en un entorno sin supervisión.

Muchos operadores turísticos ofrecen a sus clientes el uso de una tienda de campaña hipóxica, una tienda de campaña con poco oxígeno que imita el aire enrarecido a gran altitud, donde duermen antes de su expedición. Angela Weiss/AFP/Getty Images
Un estudio mostró una sedación significativa en personas que lo usaron en las dosis recomendadas para el montañismo. Incluso una sedación leve es perjudicial en el entorno potencialmente peligroso del montañismo a gran altitud. La federación también señaló que la sustancia está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) desde 2014.
Peacock afirmó a CNN que era escéptico sobre el efecto del xenón en la estimulación de la eritropoyetina en un período de tiempo tan corto, advirtiendo que “el efecto sobre los glóbulos rojos lleva semanas”.
El xenón es un gas anestésico que estimula la eritropoyetina. Ese nivel de hormona estimula la médula ósea, lo que a su vez aumenta los glóbulos rojos, lo que a su vez aumenta la capacidad de transportar oxígeno. Y eso probablemente ocurre, pero realmente no creo que ocurra en el plazo del que hablan estas personas, explicó.
Peacock también advirtió que, dado que el xenón es un gas anestésico, “significa que adormece a las personas. Por lo tanto, lo que nos preocupa ligeramente son los efectos secundarios, o los efectos residuales, de inhalar un gas anestésico al viajar a altitudes extremas”.
Carns declaró a CNN que “cuando el oxígeno apareció por primera vez en el montañismo alpino, se consideraba un tabú y no debía usarse. Ahora, todo el mundo lo usa. Usar helicópteros para ir al campamento base se consideraba un tabú, pero ahora mucha gente también lo hace”.
‘Como un recorrido rápido por la Capilla Sixtina’
Escalar el Everest ha cambiado drásticamente desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaron la cima con éxito por primera vez en 1953. Ahora, con acceso a guías sherpas, porteadores, oxígeno suplementario y equipos de primera línea, la montaña es mucho más accesible para aficionados y turistas.
“El Everest dejó de ser montañismo en el sentido puro de escalada y montañismo cuando empezó a ser guiado en los años 90”, indicó a CNN Will Cockrell, autor de “Everest, Inc.”, añadiendo que los equipos de guía llevan mucho tiempo ideando formas innovadoras de reducir los tiempos de expedición.
Una expedición clásica al Everest puede durar entre seis y diez semanas e implica múltiples rotaciones a campamentos en la montaña o en sus picos vecinos para que el cuerpo se aclimate a la gran altitud, antes de un intento final por alcanzar la cumbre.
“Varía de persona a persona, pero digamos que se necesitan aproximadamente cuatro semanas para aclimatarse gradualmente a una altitud de 6.000 metros, que es el campamento base del Everest”, explicó Peacock.
Cockrell señaló que durante muchos años, los proveedores de guías han estado ofreciendo expediciones “rápidas” en las que los clientes duermen en una cámara hipóxica antes de llegar a Nepal para acelerar el proceso de aclimatación y reducir el viaje a entre tres y cuatro semanas.
“La reacción instintiva de los escaladores que todavía quieren discutir esto como si fuera una actividad de escalada, lo cual es una forma realmente anticuada de ver el Everest, es decir que estas personas no son escaladores y estar de mal humor por ello”, dijo Cockrell.
Pero, añadió, “nadie dice ser escalador ni montañero; todos dicen estar en el Everest por razones muy personales, ¿verdad? Buscan la misma transformación que los escaladores experimentan al escalar montañas, pero también la experimentan al correr un maratón”.
Los puristas del montañismo, señaló Cockrell, podrían discrepar con la velocidad con la que la gente llega a la cima. “Cuando los humanos hacemos estas cosas, ya sea viajar o escalar una montaña, ¿no es parte del objetivo disfrutar del proceso y, como dicen, disfrutar de las cosas buenas?”.

Lukas Furtenbach, quien lidera la expedición, dice que ha utilizado el gas varias veces a gran altitud. Cortesía de Furtenbach Adventures
“Es un poco como inscribirse en el tour rápido de la Capilla Sixtina”, manifestó, añadiendo que tal vez sea más útil pensar en una expedición regular al Everest y en los ascensos rápidos a la montaña como entidades completamente separadas, cada una con sus propios objetivos.
Furtenbach, cuyo equipo es hasta ahora el único que ofrece este recorrido que depende del xenón, argumentó que su nuevo estilo de expedición en realidad podría considerarse menos peligroso que otros tipos.
“Cuanto menos tiempo pases en la montaña, menos tiempo pases haciendo rotaciones en la montaña, menos tiempo de exposición tendrás a los riesgos de la montaña, como avalanchas y caídas de rocas”, dijo a CNN.
Cockrell advirtió que este estilo de expedición probablemente aún conllevará muchos riesgos.Estás reduciendo tu autosuficiencia. Te estás volviendo aún más dependiente de factores externos, como el funcionamiento del gas xenón y quizás la necesidad de más apoyo de guías y sherpas, porque en caso de que algo salga mal, al estar menos preparado, estás menos aclimatado, explicó.
“Si tienes un problema con las alturas, entonces no estás tan aclimatado que tu cuerpo tiene una probabilidad mucho mayor de literalmente sufrir un mal de altura en toda su extensión, tan rápido que podrías morir o desmayarte”, agregó.
Carns dijo a CNN que se siente cómodo con los riesgos, al igual que los otros miembros del equipo (Garth Miller, Kevin Godlington y Anthony Stazicker), quienes también han tenido carreras en las fuerzas armadas.
“Todos venimos de un pasado militar, somos elementos muy especializados en el ejército. Nuestras carreras se han basado en la capacidad de equilibrar el riesgo, asumirlo y mitigarlo de la manera más eficaz”.
“El xenón es solo una pequeña parte que probablemente mejora nuestra capacidad en un cinco o diez por ciento y, en particular, reduce las posibilidades de sufrir mal de altura o edemas, que son los problemas más graves que nos pueden afectar”, explicó.
El equipo ha estado utilizando cámaras hipóxicas como parte del entrenamiento previo a la altitud, además de seguir un plan de dieta y ejercicio. “No hay atajos en este espacio, pasamos más de 500 horas durmiendo en una tienda hipóxica, (y hay) mucho ejercicio involucrado para asegurarnos de que esté listo, en forma y sea capaz”, agregó Carns.
Aún así, no hay garantías de que el equipo tenga éxito, y Carns admitió que no pueden estar seguros de que su entrenamiento reduzca los impactos de la altitud. “Siempre digo que hay un 30% de posibilidades de que logremos esto en siete días, y alrededor del 70% de posibilidades de que lo logremos en menos de 21 días”, explicó.
Furtenbach es cuidadoso al señalar que es poco probable que este tipo de expedición, que cuesta alrededor de 150.000 euros (unos 170.147 dólares), se convierta en el tipo principal elegido por los clientes. “Queremos mostrar lo que es posible en una semana… Siempre será algo muy específico”, dijo.
Por supuesto, la experiencia es diferente si pasas 10 semanas en una expedición, o siete semanas o siete días, pero al final, es una decisión personal. Ofrecemos una expedición tradicional larga. Ofrecemos una expedición de duración media y ahora una muy corta.
No digo que esta sea la única forma de escalar el Everest ni que sea la del futuro. Es una forma de escalar el Everest, y creo que debería haber una coexistencia de diferentes estilos de escalada.