Desde 1958, el Avellino FC ha protagonizado una historia única que parece más una leyenda que una simple coincidencia: cada vez que el club asciende de categoría, un Papa fallece.
El Avellino FC, un humilde club de fútbol italiano, ha protagonizado a lo largo de las décadas una sorprendente y curiosa coincidencia que ha dejado perplejos tanto a aficionados como a expertos: cada vez que el equipo asciende de categoría, un Papa fallece.
Este fenómeno, que parece sacado de una historia imposible, se ha repetido en múltiples ocasiones desde 1958, generando una relación misteriosa entre los éxitos deportivos del club y los trágicos sucesos en el Vaticano.
La historia de esta extraña coincidencia comenzó en 1958, cuando el Papa Pío XII falleció tras casi 20 años de papado. Ese mismo año, el Avellino logró ascender de la cuarta división a la Serie C, marcando un hito histórico para el club.
La muerte de Pío XII y el ascenso del Avellino parecieron ir de la mano, pero lo que parecía un simple hecho aislado se convertiría en una extraña constante.
En 1963, el Papa Juan XXIII falleció y, nuevamente, el Avellino experimentó un ascenso, esta vez regresando a la Serie C. Pero lo más sorprendente llegó en 1978, cuando el Papa Pablo VI murió, seguido por la muerte de su sucesor Juan Pablo I, quien tuvo un papado de solo 33 días.
En paralelo, el Avellino alcanzó su mayor logro hasta entonces: ascendió a la Serie A, la categoría más alta del fútbol italiano. Este hecho cimentó la extraña relación entre los ascensos del club y las muertes papales.
En 2005, la muerte de Juan Pablo II, quien había sido Papa durante 27 años, coincidió con otro ascenso del Avellino, esta vez de la Serie C a la Serie B.
Y en 2013, cuando Benedicto XVI sorprendió al mundo con su renuncia, el Avellino ascendió nuevamente, esta vez a la Serie B, demostrando que el fenómeno seguía siendo imparable.
El 19 de abril de 2025, el Avellino celebró un nuevo ascenso, esta vez a la Serie B, pero dos días después, el Papa Francisco falleció. Así se cerró otro capítulo en esta misteriosa relación entre los éxitos deportivos del club y las muertes papales.
Este patrón ha dejado a muchos especulando sobre la relación entre el destino del Avellino y el Vaticano.
Lo que es indiscutible es que cada vez que el club sube de categoría, el mundo se ve marcado por el luto por un Papa.
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