(EFE) – Los canadienses acudirán a las urnas el próximo 20 de septiembre, sólo dos años después de las últimas elecciones generales, tras la decisión del primer ministro del país, Justin Trudeau, de adelantar la cita electoral y aprovechar que el gobernante Partido Liberal encabeza las encuestas de intención de voto.
Trudeau siguió este domingo la tradición del país y acudió con su familia a la residencia oficial de la gobernadora general del país, Mary Simon, que ejerce las funciones de jefa de Estado en representación de la reina de Inglaterra, para solicitar la disolución del Parlamento.
Aunque en teoría Simon se podría haber opuesto a la petición del ahora primer ministro en funciones, la gobernadora general, que fue elegida para el cargo por el propio Trudeau a finales de julio, accedió a disolver la Cámara Baja del Parlamento y convocar la elección general número 44 de la historia del país.
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Jagmeet Singh, el líder del cuarto partido en el Parlamento, el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), solicitó hace días a Simon que hiciera uso de sus prerrogativas y se negara a acceder a la petición de Trudeau.
Este domingo, el líder del NPD calificó la convocatoria electoral como “egoísta” y acusó a Trudeau de celebrar unos comicios innecesarios que costarán centenares de millones de dólares en plena cuarta ola de la pandemia, por intereses partidistas.
“Convocar una elección con dos años de antelación, durante una pandemia, muestra que no quiere cumplir sus promesas. Y todos pagaremos el precio”, afirmó Singh en un comunicado.
El líder del Partido Conservador (PC), el principal grupo de la oposición, Erin O’Toole, también acusó este domingo a Trudeau de poner en riesgo a los canadienses al convocar una elección en plena pandemia.
Trudeau ha gobernado desde las elecciones de octubre de 2019 en minoría, tras obtener 157 de los 338 escaños de la Cámara de los Comunes.
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A pesar de que durante los dos últimos años los liberales han necesitado el apoyo de otros partidos para gobernar, Trudeau no ha tenido grandes problemas para cumplir con su agenda electoral. Incluso Singh se ofreció a garantizar el apoyo a los liberales con tal de evitar la convocatoria anticipada.
En el momento de la disolución del Parlamento, los liberales tenían 155 de los 338 escaños de la Cámara Baja; el PC, 119; el Bloque Quebequés (BQ), 32; el NPD, 24, y el Partido Verde, 2. Además, cinco diputados eran independientes y un escaño estaba vacante.
Pero las encuestas señalan que la gestión de Trudeau de la pandemia cuenta con la aprobación de un número considerable de canadienses y que el principal Partido Conservador parece incapaz de ganar las elecciones.
Un sondeo dado a conocer el jueves por la firma Abacus Data señaló que el Partido Liberal podría obtener el 37 % de los votos, el PC un 28 %, el NPD un 20 % y el Partido Verde un 5 %. El BQ, que sólo se presenta en la provincia de Quebec, obtendría un 22 % de los votos en el territorio, lo que supone un 5 % a nivel nacional.
Este domingo, Trudeau intentó darle la vuelta a los argumentos de la oposición en contra de las elecciones anticipadas.
Tras emerger de Riddeau Hall, la residencia oficial de la gobernadora general en Ottawa, Trudeau compareció ante los medios de comunicación y justificó su decisión.
Trudeau señaló que precisamente las decisiones que la pandemia está obligando a tomar, tanto en el país como en el resto del mundo, son suficiente motivo para convocar a las urnas a los canadienses.
El líder liberal señaló: “En este momento decisivo, ¿quién no querría tener una oportunidad para ayudar a decidir a dónde se dirige nuestro país desde aquí?”.
El primer ministro en funciones añadió que son los partidos de la oposición quienes tienen que explicar “por qué piensan que los canadienses no deberían tener la opción, en este momento tan decisivo”.
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