De concretarse, estadounidenses tendrían que pagar US$3.500 más en impuestos.
Repúblicanos y demócratas coinciden en que no llegar a un consenso en el tema fiscal sería muy perjudicial para la economía estadounidense, pese a esto, las diferencias son más grandes a la hora de sentarse a negociar.
Por un lado, la Casa Blanca y su partido buscan aumentar los impuestos para quienes tienen grandes ingresos y no ceden a la hora de hablar de recortes en los beneficios sociales. Por otra parte, los republicanos se oponen al alza tributaria general y plantean hacer reformas más drásticas en la salud y otros programas relacionados al ámbito social.
Ambas posturas y diferencias deben ser debatidas dentro de estos días para lograr un consenso entre ambos bloques políticos, quienes serán los encargados de definir el futuro de Estados Unidos y la economía mundial antes del 31 de diciembre, fecha en que vence el plazo para lograr un acuerdo.
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