Cristian Graf, excompañero de colegio del adolescente y actual residente de la vivienda donde apareció el cuerpo, se presentó de manera voluntaria ante Fiscalía, pese a no estar formalmente imputado en el caso.
La investigación por la muerte de Diego Fernández Lima, el adolescente desaparecido en 1984 y cuyos restos fueron hallados recientemente en una casa del barrio de Coghlan, Argentina, dio un giro clave este lunes.
Cristian Graf, excompañero de colegio del joven y actual dueño de la propiedad donde fue encontrada la fosa con restos humanos, se presentó de manera voluntaria ante Fiscalía, en medio de crecientes sospechas que lo vinculan directamente con el crimen.
Si bien Graf, de 56 años, no está formalmente imputado ni ha sido citado como testigo, las autoridades lo consideran el principal sospechoso en una causa que ya ha sido calificada por los peritos como una “muerte violenta con intento de desmembramiento”.
Según el medio local Perfil, la Fiscalía Nacional le informó que contará con defensa pública en caso de ser requerido judicialmente.
El hombre residía en la misma casa en 1984, año en que Diego —entonces de 16 años— fue visto por última vez tras salir de su domicilio. Décadas más tarde, la propiedad fue alquilada brevemente por el músico Gustavo Cerati, un detalle que reavivó el interés mediático por el caso.
Contradicciones que generan más dudas
El hallazgo de los restos ocurrió semanas atrás, cuando un grupo de albañiles realizaba trabajos de remodelación y descubrió una fosa en el patio con más de 150 fragmentos óseos y varios objetos personales, entre ellos un reloj Casio, una moneda de 5 yenes y un corbatín escolar, que permitieron confirmar la identidad de Fernández Lima.
Según relataron los trabajadores, al informar del hallazgo a Graf, este reaccionó con total calma e incluso ofreció distintas versiones sobre el posible origen de los huesos: mencionó que el terreno pudo haber sido una iglesia antigua, que allí funcionó un establo, o que la tierra que utilizó para nivelar la piscina pudo haber contenido los restos.
Lejos de disipar las dudas, estas explicaciones aumentaron las sospechas en torno a su figura.
A ello se suma el testimonio de un excompañero del colegio que confirmó que Diego y Cristian eran amigos cercanos y que este último se dedicaba a reparar motocicletas, como la que el joven conducía al momento de su desaparición.
Como parte de la reactivación del caso, tres exalumnos de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N.º 36, donde ambos estudiaron, y los tres obreros que descubrieron la fosa, fueron citados a declarar ante la Justicia.
El objetivo es reconstruir los últimos días de Fernández Lima y esclarecer las circunstancias de su muerte, ocurrida hace más de cuatro décadas.