Desde el 14 de febrero pasado que India y Pakistán se encuentran en una tensa situación, que ha incluido un intercambio armado entre ambos países a un nivel no visto en los últimos años.

Todo ocurre luego del ataque bomba en que murieron 40 soldados indios, que tuvo lugar en el sector de Cachemira (Kashmir / कश्मीर / کشمیر) controlado por India.

Para las autoridades indias, el ataque viene de la “mano directa” del gobierno pakistaní, y aseguraron que iniciarían todos los pasos diplomáticos” para “asegurar el completo aislamiento de la comunidad internacional de Pakistán, de quienes disponemos de evidencia incontrovertible de tener una mano directa en este horrible incidente terrorista“.

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En específico, el grupo vinculado con el ataque es Jaish-e-Mohammed. “Exigimos que Pakistán deje de apoyar grupos terroristas y grupos de terror operando en su territorio y que desmantele la infraestructura operada por equipos terroristas para lanzar ataques en otros países”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores.

Jaish-e-Mohammed se traduce literalmente como Ejército del Profeta Mohammed. Es un grupo ubicado en Pakistán que trabaja en ambos lados de la frontera del estado en disputa, y buscan adherir a Cachemira a Pakistán.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán señaló que siempre han condenado “actos de violencia en cualquier lugar del mundo”.

A la izquierda, el primer ministro de India, Narenda Modi. A la derecha, el primer ministro de Pakistán, Imran Khan.

“Rechazamos fuertemente cualquier insinuación por elementos de los medios y el gobierno indio que buscan vincular el ataque con Pakistán sin investigaciones“, agregó.

Pero el conflicto se arrastra desde hace más de 70 años, tras la disolución del imperialismo británico en la zona cuando se forman India y Pakistán.

Por un lado, India sostiene que el territorio de Cachemira siempre ha sido parte del estado indio, mientras que Pakistán mantiene la versión oficial de que este es un territorio en disputa, y que solo la gente de Cachemira puede determinar la resolución final.

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Tras el ataque en que murieron los 40 militares, India lanzó ataques aéreos en territorio pakistaní, en un intento de dar con los militantes terroristas.

Pakistán, por su parte, respondió con fuerza similar. Fue así como el 27 de febrero derribó dos jets de combate indios en Cachemira.

En una de las aeronaves iba Abhinandan Varthaman, quien fue capturado por Pakistán. Los detalles de la misión de Varthaman no fueron revelados ni por él ni por el gobierno indio.

Pero el 1 de marzo, Pakistán entregó a Abhinandan como un “gesto de paz”, según explicó el primer ministro pakistaní Imran Khan, en medio de una tensa relación. Además, Varthaman aseguró que no fue torturado en su paso por Pakistán.

La tensión entre ambos países ha capturado la atención del mundo, pues tanto India como Pakistán mantienen su arsenal nuclear; si sumamos la cantidad de armas nucleares indias y pakistaníes, tendríamos un total de 280.

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La cuestión china

India tiene cerca de 3 millones de efectivos militares en comparación con menos de 1 millón para Pakistán, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, pero Nueva Delhi no puede concentrarlos en su vecino del oeste.

Una buena parte está enfocada en el noreste de la India y su frontera con China.

“El problema estratégico de la India está haciendo valer su peso. Tradicionalmente ha tenido que dividir sus fuerzas y dejar algunas en el este para disuadir el aventurerismo chino”, dijo Peter Layton, un ex oficial de la Fuerza Aérea de Australia y ahora académico del Instituto Griffith de Asia.

En 1962, la India y China se involucraron en una sangrienta guerra fronteriza y las escaramuzas han seguido estallando esporádicamente a lo largo de los años posteriores, más recientemente en el área de Doklam en 2017.

Y China es capaz de mantener dividida la atención de los indios manteniendo una cercana relación militar con Pakistán.

Hay una convergencia del pensamiento estratégico de China y Pakistán que ha continuado durante cinco décadas”, dijo Nishank Motwani, un profesor visitante de la Escuela de Diplomacia de Asia-Pacífico con experiencia en la India y Pakistán.

China desempeña también el papel de principal proveedor de armas de Pakistán: un 40% de las exportaciones militares de Beijing van a Islamabad, según datos de una discusión sobre Pakistán realizada en diciembre en la Brookings Institution en Washington.

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